Vergüenza ajena II
Impunidad jurídica. Parece que nunca termina. Hablamos otra vez del abogado que acostumbra quedarse con el dinero de sus clientes. Pero los estafados siempre son débiles, incapaces de reclamarle por una u otra razón. Es un abogado protegido por su militancia política, dicen, a quien nadie quiere tener de enemigo.