Perros asesinos

Una nena de un año y siete meses fue atacada y asesinada por el pitbull de su abuelo. Las estadísticas oficiales demuestran que estas situaciones son cada vez más frecuentes. ¿Hace falta que una de estas horribles muertes quede grabada en video, para que el Estado se decida a intervenir?

En el partido de General Pueyrredón se encuentra vigente la ordenanza nº 22031, que establece que cualquier perro que «pertenecieren a alguna raza que por su potencia de mandíbula, musculatura, talla y temperamento agresivo pudieren causar la muerte o lesiones graves a las personas u otros animales» debe estar registrado antes de cumplir los ocho meses, se le debe colocar un chip, y el dueño debe asistir a un curso sobre saberes básicos de manejo y control de perros potencialmente peligrosos y/o con extrema fuerza mandibular.

El perro pitbull que habitaba en la casa hubicada en la calle Ituzaingo al 200 no estaba registrado, no tenía ningún chip colocado, y su dueño nunca hizo ningún curso para saber cómo manejarlo. Cuando la beba de un año y siete meses, jugando, le agarró la cola, el perro reaccionó y la mordió en el cuello, trabando la mandíbula. La madre y el abuelo de la víctima estaban presentes, pero no pudieron hacer nada. Se necesitó la asistencia de algunos vecinos armados con palos para que la bestia soltara a su presa. Fue llevada a un centro de salud, pero no se pudo hacer nada.

Las estadísticas del Hospital Interzonal Especializado Materno Infantil (HIEMI) Don Victorio Tetamanti muestran a las claras que los incidentes que involucran ataques o mordeduras de perros vienen en aumento: si se comparan los mismos períodos, en el año 2023 hubo 108 casos, mientras que en el 2024 hubo 121.

La reacción del Estado ante estas situaciones es nula. Zoonosis no hace nada: no hay una política de reforzar los cuidados que deben tener los dueños de estos animales en la vía pública, ni campañas de difusión para que los dueños conozcan la ordenanza nº22031 y cuáles son sus responsabilidades. Viviana Bernabei ni siquiera responde de manera adecuada los pedidos de informes, se ve que está muy ocupada jugando al paddle y este tema le importa igual de poco que la progresiva destrucción del SAME, el estado de las salitas de salud municipales, etc, etc.

Pena natural

El fiscal Germán Vera Tapia es quien interviene en esta terrible causa. En una entrevista para la FM 99.9 dio detalles de cómo avanzan las acciones judiciales y reflexionó al respecto de este tipo de casos.

«Es un hecho mucho más triste de los que suelo intervenir», comentó. «Tengo una nena de dos años y no puedo dejar de imaginar que me pase algo así. La verdad que yo no lo puedo creer. No entiendo cómo la gente sigue teniendo en sus casas estas razas. Es casi como tener un animal feroz.»

Al respecto de la responsabilidad de los adultos que estaban con la nena en el momento del ataque, dijo: «Estuve gran parte de la noche del día pensándolo. Se hizo la imputación y se le informó de la formación de la causa al dueño del perro, que es el abuelo. Existe también algo que se llama “pena natural”, que es cuando las consecuencias del delito son mucho más graves que la pena que le pueda llegar a tocar, concepto que yo comparto, pero hasta ahí. Por ahora vamos a pedir la suspensión del juicio a prueba como mínimo por un largo tiempo, y que haga cursos, porque, por más se le haya muerto nieta, esto no puede pasar. Ella no tenía ninguna culpa de que la hayan dejado sola con un perro así que lo que único que hizo fue tocarle la cola y la agarró del cuello. Esto no puede pasar.»

Con respecto a las actitudes de los dueños de este tipo de perros, que a veces los llevan sueltos por la calle, fue categórico: «No se los puede “controlar”, el único control, es el bozal. Lo que dice la normativa es que es el bozal, y el collar de ahorque, y tienen que estar siempre atados. Ni siquiera con bozal pueden andar sueltos estos perros. La gente no toma conciencia».

Al respecto de las medidas de control por parte de zoonosis, dijo: «Si un perro está en la vía pública, se lo tendría que llevar zoonosis. Es lo que también sucedió en este caso, se lo llevó zoonosis, el tema es que esto que sucedió, fue adentro de una casa, donde zoonosis no puede controlar. Ahora está interviniendo por una cuestión lógica, y no sé bien cuál será la suerte de este perro, pero en principio, por diez días se lo llevó zoonosis. Pero es algo que ya está: tenemos una nena de un año y siete meses muerta. Yo no le encuentro mucha explicación.»

Continuó: «En este caso, no había antecedentes de que este perro haya mordido a nadie, pero no se necesitan antecedentes cuando se trata de este tipo de animal que se vuelven locos, no sé bien por qué, porque ¿qué le puede hacer una nena a un pitbull? Nada, no le puede hacer nada. Pero en el caso de las plazas, de dueños con conductas imprudentes en las plazas, sí, debería haber más control».

La ordenanza no se cumple

Quien se hizo cargo de esta problemática y comenzó a buscar respuestas por parte del ejecutivo, fue el concejal Diego García.

«Lamentablemente tenemos una ordenanza vigente que no se cumple, sabiendo que existe el riesgo potencial de que uno de estos animales ataque a personas. La ordenanza es clara: dice que cualquier persona que tenga un perro de estas razas que tienen mandíbulas poderosas debe estar registrado y tiene que tener chip y tiene que tener bozal. Si sale a la calle, por supuesto, con el pretal o con una correa. Me parece que es también responsabilidad del Estado hacer una gran campaña de concientización. Por una cuestión de seguridad, a veces estos perros terminan conviviendo con personas en lugares muy pequeños, cuando son animales que necesitan espacio. No están recomendados para estar con niños tampoco, y este caso pasó dentro de una vivienda, no pasó en la calle. Fue el propio perro familiar el que atacó a esta beba», comentó.

Continuó: «En la calle uno ve que la ordenanza no se cumple. Los perros transitan por la ciudad sin correa, y no hay controles. Perros peligrosos sin bozal que terminan atacando, lo primero que hacen es atacar a otros perros. El control del Estado no existe, pero tampoco la sanción del Estado. Le hemos preguntado al Tribunal de Faltas cuántas sanciones aplicaron por estos temas en 2024, y no nos contestaron. Este es un tema muy grave, que produce víctimas fatales.»

También habló de la falta de información que hay sobre estos temas, incluso dentro de quienes tienen responsabilidades políticas: «Hablamos en el Concejo Deliberante de las mordeduras de perro y de la incidencia directa que tiene la castración. Los perros machos deben ser castrados, porque su nivel de agresividad baja. La mayoría de los animales que muerden son machos. Me acuerdo de esa sesión, porque la actitud de los concejales era como que se estaba ante un tema menor, pero cuando comenzamos a repasar los datos que recabamos en el Materno Infantil, a varios se les borró la sonrisa porque los casos que vemos de niños desfigurados, casos de niños amputados… y hablamos de niños porque es una cuestión de altura: cuando se produce un ataque, es directamente a la cara o al cuello, como pasó con esta nena».

García insiste con que este tema debería ser prioritario para el presupuesto municipal: «Recuerdo las discusiones que tuvimos durante el año pasado en el Concejo Deliberante fue sobre el presupuesto que tiene que tener zoonosis que, a diferencia de otras, es un área del Estado municipal que cuenta con un presupuesto importante y una cantidad de personal importante que debería poder cubrir mucho más. Lo primero que tiene que hacer, es castrar a la mayoría de los animales que deambulan por la ciudad porque la gente no termina de tomar conciencia de que cuando tiene un animal se tiene que hacer cargo del mismo, y tiene que hacer esto. Pero, aparte, está la incidencia de la cantidad de perros no castrados y la cantidad de mordeduras que hay. En ese momento, yo comentaba en el Concejo Deliberante que tenemos valores muy altos comparados a otras ciudades de la provincia de Buenos Aires. La incidencia de consultas que tenemos por mordeduras es altísima». Finalizó: «En este tema uno necesita del compromiso del Estado, del control, la sanción y que se concientice a la población».

Otros códigos

Quien también se pronunció sobre este tema, fue el presidente del Colegio de Veterinarios, Walter Luján, quien dijo de manera categórica: «Nosotros desalentamos la tenencia de animales con extrema fuerza mandibular. No lo recomendamos, para nada. Mucho menos, la raza pitbull.»

Continuó: «Hay varios países europeos que tienen prohibido tanto la crianza como la tenencia o importación de estas razas. Es una problemática que nosotros la venimos abordando, porque todos los años es recurrente que haya un incidente y si no es un perro de raza pitbull es otra de similares características, que produce daños severos o trastornos en la vía pública. Es un tema que lo hablamos, pero siempre sigue igual. Hay ordenanzas que no se están cumpliendo, no hay sanciones. Tiene que haber mucha difusión, tiene que haber mucha educación y sobre todo, concientización.»

Agregó: «La ordenanza indica que estos perros tienen que estar en la vía pública con collar, cadena y bozal. Eso no se cumple nunca, y no se sanciona. Cuando pasa un hecho grave —por lo general, el ataque a otro canino— el propietario no se hace responsable y el animal no está registrado, no tiene credencial, nada.»

Además, brindó detalles escalofriantes: «Los incidentes o mordeduras pasan de las 200 mordeduras mensuales. Pero son 200 que son denunciadas, hay mucha más que no se llegan a ver porque pasa dentro del hogar, o porque las personas implicadas son vecinos y tienen buena relación. Pero estamos cerca de las 20.000 o 15.000 mordeduras por año.»

Finalizó: «Tenemos que entender que estamos lidiando con otra especie. Una cosa es la especie humana, y otra cosa es la especie canina. Ellos se manejan con otros códigos que no son los nuestros: tienen un solo líder, un solo amo. Respetan a una sola persona. Por eso es que los chicos son pobrecitos los más atacados, porque creen que es uno más de la manada y lo ven como una competencia ya sea por el amo, por el espacio, o por el alimento. Se manejan con otros códigos.»