Ferro al Consejo de la Magistratura | Salieron a la luz los mensajes que conectan al camarista marplatense Jorge Ferro con uno de los imputados en la causa Madaho’s. Pero allí no queda todo: se envían informes al Chaco, por conexiones que van hasta causas por narcotráfico, y otras que cursan en el exterior. Está al horno.
El pez muere por la boca, o por lo que escribe en el teléfono. Porque en este caso, los comprometedores mensajes de WhatsApp, Google Hangouts, Viber y correos electrónicos, vinculan al juez Ferro con uno de los imputados por la llamada causa Madaho’s.
La cuestión sale a la luz porque dos fiscales de la PROTEX -Procuraduría de la Trata y Explotación de personas-, Marcelo Colombo y María Alejandra Mangano, más dos fiscales a cargo de la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (PROCELAC), Gabriel Pérez Barbera y Laura Roteta, se suman a Nicolás Czizik,titular de la Fiscalía Federal 2 de Mar del Plata, para remitir a la jueza federal de Roque Sáenz Peña Zunilda Nieremperger cierta información detectada en el marco de la causa Madaho’s, porque les parece que le puede servir.
Cómo se recordará, el nombre de la jueza se hizo conocido en nuestro medio a partir de su intervención en renombradas causas de narcotráfico, sobre todo en la paradigmática e interminable Carbón Blanco.
En la llamada causa Madaho’s se investiga la actividad desarrollada en el local nocturno ubicado en la calle Leandro N. Alem 4285 de esta ciudad, allanado y clausurado en 2014, y sobre el cual se trazó una investigación que, entre otros delitos, hablaba de trata de personas.
Oportunamente, la Cámara Federal de Apelaciones integrada por Jorge Ferro, Alejandro Tazza y Eduardo Jiménez modificó la calificación del procesamiento original, y lo calificó como promoción y facilitación de la prostitución, y explotación económica del ejercicio de la prostitución ajena. Por eso se había declarado la incompetencia de la Justicia Federal y se devolvieron los trámites, a fin de que fueran remitidos a la Justicia provincial.
Pero resulta que en septiembre pasado, el juez Santiago Inchausti resolvió dictar el procesamiento de Alejandro Ferrarello por entender que había intervenido, en calidad de partícipe necesario, en los hechos investigados. Es decir que era socio. A la hora de investigarlo y allanar su propiedad, comenzaron las sorpresas. Cuando ambas Procuradurías mencionadas se encontraban desarrollando tareas de análisis de pruebas recolectadas, se encontraron con mensajes de teléfonos secuestrados que resultaron muy llamativos, y presumieron que podían indicar vinculaciones con otras causas: se trata de los teléfonos y la computadora utilizados por el imputado Alejandro Héctor Ferrarello, que fueron secuestrados en el allanamiento del 20 de abril de 2015, en la Av. Colón 3445 piso 2 departamento C.
Lo que a continuación se detalla consiste en una serie de conversaciones mantenidas a través de distintas aplicaciones de comunicación, que estaban alojadas en los teléfonos secuestrados, y también en correos electrónicos. Por ejemplo, entre el material encontrado existe un correo electrónico del 8 de abril de 2015, que Ferrarello, imputado en la causa de prostitución de Madahos’s, remite al Jorge Ferro, sí, el integrante de la misma Cámara Federal de Apelaciones de Mar del Plata, el mismo que cambió la figura de la imputación. Textualmente reza: “Me viene rechazado, lo mando de otro mail, confirmame recepción por favor. Leelo y modificá lo que vos consideres, quizás de los edificios en los que compraste vos uno, puedas ampliar. Luego imprimilo y eliminalo. Abrazo”. El correo adjunta un archivo en word que menciona a Buscaglia.
¿Por qué ese nombre? Porque resulta que existe una persona en las causas de Carbón Blanco y en la de La Moneta en Montana, que es el escribano Pablo Buscaglia. Su escribanía fue allanada en fecha reciente, junto con la del escribano Gustavo Fariza. Pablo Buscaglia es socio en La Moneta Crediticia, sus otros socios son “Cacho” Pagano, Daniel Fumaroni y Julián Vespa; además son socios en varios emprendimientos en la ciudad, a veces ellos solos, en otros con más personas. Entre ellas, son titulares del Balneario La Reserva, de varias hectáreas de extensión, que han adquirido hace unos 5 años. También, fundamentalmente Buscaglia y Vespa, son socios del principal operador de la liga de compradores en subastas judiciales.
“Estamos muertos”
El escribano Buscaglia ha realizado excelentes negocios inmobiliarios, principalmente en La Florida. Su agente inmobiliario ha declarado al menos dos veces en la causa penal de Montana sobre La Moneta, y es quien conoce a la perfección todos y cada uno de los movimientos financieros y compras de inmuebles que han realizado.
En los mensajes detectados, las comunicaciones son permanentes. Por ejemplo, el hoy imputado Ferrarello le dice en 2013 al agente inmobiliario en Estados Unidos: “Copio mail a un amigo mío, Diego Fay, quien me pidió tus datos para recomendarte a un cliente de él, que quiere invertir en EEUU. No sé si están actualizados, por lo que si no es así, te pido le envíes los datos bien a Diego. Te mando un abrazo”.
Cuando la justicia avanza, las comunicaciones entre ellos cambian de tono, y pasan de las recomendaciones de clientes para la compra de dólares en negro o la adquisición de bienes en el exterior, a clamores desesperados de buscar contactos en la justicia. Y los contactos son uno solo: el juez Ferro. Conversaciones posteriores introducen a Daniel Russi Coll, quien le sugiere a Ferrarello hablar con el juez Jorge Ferro, para averiguar sobre su posible implicación con algún proceso: ”si podés, hablá con Ferro para ver si algo me salpica. Creo que no”.
Ferrarello, por su parte, no desconoce ni la situación ni el vínculo, porque responde: “creo que lo veo hoy”. Ya en el 16 de abril de 2015, Daniel Russi Coll le insiste a Ferrarello para que hable con su “amigo’: “por favor, si sabés algo de tu amigo avisame, estoy como loco”. Y luego: “estamos muertos”. Alejandro Ferrarello lo tranquiliza, y agrega textualmente, “Si están armando algo, no va a ser de inmediato”, y en otro mensaje: “Ok. También y por las dudas saquen celulares nuevos. O sea dejá estos celulares para lo privado, y poné números”. Están preparando la huida.
Se veía venir
En septiembre de 2016, varios fiscales de Mar del Plata habían denunciado al camarista Jorge Ferro por proteger y ser socio del prostíbulo VIP Madaho’s que fuera clausurado. Alejandra Mangano -una de las fiscales que presentó la denuncia contra el magistrado en el Consejo de la Magistratura- explicó que Ferro revocaba en forma permanente cada operación que se intentaba hacer en ese lugar: “El operativo en el que se cerró Madaho’s fue el primero en 20 años. Hubo intentos de investigar y siempre fueron revocados por la Cámara. Ferro resolvió en contra en distintas ocasiones. Siempre buscó bajar la calificación del delito”, detalló la funcionaria.
Madaho’s operaba a metros de un hotel cinco estrellas. Desde la clausura, los dueños están imputados por lavado de dinero, ya que se calcula que en un año y medio obtuvieron réditos por más de 30 millones de pesos, en negro. Pero resulta que también se procesó al administrador del fideicomiso, Alejandro Ferrarello, que era la persona que tenía contactos con distintos funcionarios locales; en especial, mantenía una relación cercana con Ferro, que ahora se verifica en variados mensajes que resultan indiscutibles. Más evidencia, imposible.
Por esta razón, la acusación contra el camarista es por proteger y ser socio del reconocido prostíbulo VIP Madaho’s, clausurado en 2014, y por tráfico de influencias. Así, no pocos interrogantes se abren en el ambiente judicial local, sobre todo a la hora de evaluar hasta dónde llegarán estas conexiones.
El material se remitió al juzgado federal de Roque Saenz Peña, en Chaco, y resulta de fundamental importancia para que se expida el Consejo de la Magistratura acerca del futuro judicial del camarista Ferro. Lo que sí es seguro es que don Jorge no vuelve a mandar un WhatsApp en su vida. Porque el pez, por la boca -o los mensajes- muere.