Mientras Viviana Bernabei se dedica al paddle y Guillermo Montenegro se enzarza en estériles peleas por redes con Grabois, la gente se muere en las calles de Mar del Plata porque el SAME está destruido.
Cuando Guillermo Montenegro puso a Viviana Bernabei a cargo del sistema de salud municipal, el SAME estaba, bajo todos los parámetros de medición posibles, en un estado óptimo. Cuatro años más tarde, el sistema está destruido: faltan ambulancias, suministros y personal. Decisiones de gestión incomprensibles afectan al servicio en todos los aspectos: las ambulancias ni siquiera cuentan con equipos fijos que puedan generar una sinergia que les permita funcionar de manera eficiente. Este deterioro llegó al punto tal, que el pasado 13 de enero una persona falleció luego de sufrir un infarto. La ambulancia llegó tarde porque la habían mandado a atender casos menos urgentes.
La voz de la experiencia
Cuando el SAME atravesaba su mejor momento, la Lic. en Enfermería Patricia Fortina formaba parte de funcionariado político que la administración de Carlos Fernando Arroyo había puesto al frente de la Secretaría de Salud. Desde esa experiencia, ella brindó una entrevista para la FM 99.9 donde fue muy crítica al respecto de la gestión que están llevando adelante tanto Viviana Bernabei como la directora general del SAME MGP, Dra. Mariana López.
«El Sistema de Salud de Mar del Plata está literalmente destruido», aseguró. También indicó que: «una emergencia nos puede pasar a cualquiera de nosotros, cualquiera de los marplatenses o de los turistas y en este momento el sistema está literalmente destruido. Hace mucho tiempo que los trabajadores vienen denunciando eso. Si la ambulancia llega, vas a ser bien atendido porque no tengo dudas que los trabajadores hacen lo que tienen que hacer con los insumos que tienen, porque ese es otro tema grave que está sucediendo en este momento. El tema es que la ambulancia llegue».
Tienen testimonios concretos sobre hechos graves que la propia Fortina señaló: «en este momento tienen seis ambulancias operativas que no han pasado la VTV. Eso lo han denunciado los mismos trabajadores, no han pasado la VTV. Hay una denuncia en la nota de la doctora Potes, donde una dejó de ser operativa porque no frenó en un semáforo con el riesgo que eso implica para el paciente que va en la ambulancia, para los trabajadores y para los transeúntes».
Mientras tanto, se nombra gente, se suma personal, pero no se organiza el funcionamiento, algo que es necesario: «el sistema podría estar mucho mejor. Hay una denuncia también de los trabajadores de hace muy poquito tiempo, donde se ha nombrado un jefe de división, un cargo que no existía a modo de acomodamos a alguien en un cargo y los trabajadores no aceptan eso, pretenden que quien ejerza este cargo tenga la capacitación como para hacerlo».
Por último, la Licenciada explicó la importancia del triage que es otra de las prácticas que se dejó de hacer al momento de recibir una emergencia: «la falta de triage que hacían los radio-operadores que fueron capacitados en su momento para que ellos hicieran la categorización cuál tiene el código rojo, el amarillo, el verde, etc. Es decir, cuál tiene prioridad de atención y eso no se estaría haciendo. La denuncia relata que fueron a atender un código verde que tuvo un mareo y en pocas cuadras había un código rojo, que era la emergencia. También hay lugares donde deben tener área protegida o personas que tienen algo adentro de su casa y tienen obras sociales, debe ir la ambulancia de su obra social. Hay un descontrol, un desmanejo por falta de gestión. Puede ser que haya falta de recursos, de dinero, no digo que no, pero también comparo cuando el SAME llegó a Mar del Plata en el 2016, tampoco había recursos, ni dinero, sin embargo se pudo instalar el servicio y pudimos llegar a 11 ambulancias. En ese momento teníamos con auditoría de provincia 9 minutos al código rojo, con equipos nuevos, con médicos nuevos, con licenciados en enfermería nuevo, en un sistema que llegaba a la ciudad se duró 9 minutos llegar a un código rojo».
La nota
Estas críticas se suman a las que vuelca, en una extensa y dura nota, una médica que trabaja para el SAME y a la que le tocó asistir a un paciente que había sufrido un infarto, el cual no sobrevivió.
Detalla la nota: «Le voy a relatar lo ocurrido el 13/1/25 para graficar la terrible situación en la que nos encontramos ya que este hecho finalizo con la muerte de alguien que potencialmente era salvable […] El lunes 13 fue el primer lunes después de semanas que había móvil en Ameghino y Base Central […] Iniciamos la mañana con salidas continuas y requiriendo el apoyo tanto del móvil de la Base Central como Cema y Ameghino ya que el centro, al estar en temporada, es uno de los lugares más concurridos y con mayor trabajo. […] Por otro lado, por la indicación que se le dio a los radio operadores en las últimas semanas de no realizar el triage (como se realizaba antes del inicio del trabajo con la multi agencia) las consultas aumentaron en base a casos no solo que no son urgentes sino que o no tienen criterio de una consulta con UTIM o tienen obra social que les cubre la visita y por otro lado tampoco son emergencias de vía publica que sería nuestra función, sino son domicilios particulares o lugares comerciales que deberían tener un área protegida. Esto ayudó a que ocurra lo que voy a relatar […] Siendo ya las 16,05 hs me envían a evaluar una paciente de PAMI cuyos familiares estaban subiéndola a su auto para llevarla al geriátrico donde la iban a internar y se mareo por el movimiento efectuado (categorización: verde) […] De allí fuimos enviados a evaluar otro paciente (16.30hs) que a nuestro arribo no solo le llamo la atención a la policía que no había solicitado el móvil por no considerarlo necesario, también le llamo la atención al paciente quien simplemente había tenido una riña hacia dos días y presentaba el típico “ojo edematoso” por la misma, desconocemos quien llamó […] Al dar el libre en este último llamado nos pasan una “Desmayo” en Colon y Tucumán, nos dirigimos en código rojo. A la altura de Colon y Entre Ríos vemos un caos de tránsito y un móvil de SAME sin paciente en su interior. Pensando que era ahí paramos y nos informaron que “el infarto estaba a dos cuadras”, se veía desde ahí el acumulo de gente y un grupo de policías con el paciente. Nuestros compañeros del móvil nos saludaron al poner nuevamente la sirena y dirigirnos dos cuadras más adelante […] Al llegar nos encontramos con un hombre de unos 65 o 70 años, obeso, inconsciente, con livideces y cianosis, sin latido cardiaco (y sin RCP básico) y con algún esfuerzo respiratorio aislado. Según la policía ellos habían llegado 15’ antes y presentaba una mayor frecuencia de esfuerzo respiratorio y los testigos informaron que se había desmayado 10 o 15’ antes del arribo de la policía[…] Inmediatamente se monitoriza con el desfibrilador y se observa Fibrilación Ventricular (FV) por lo que se efectúa la descarga correspondiente (200J) logrando luego de ella un latido sinusal aunque bradicárdico. Se inician las maniobras de reanimación básicas y avanzadas. Durante este proceso descubro que el laringoscopio tenía una falla y al efectuar la fuerza para intubar el paciente se apagaba la luz (esto ya había pasado hacia un par de semanas) por lo que maneje el PCR con Cánula de mayo y ambuceo (no contamos con mascara laríngea de adultos en la ambulancia). El paciente evolucionó tórpidamente, se fibriló nuevamente y luego comenzó con actividad eléctrica sin pulso por lo que decido traslado al HIGA donde llega en asistolia luego de 45 minutos de reanimación […] Sinceramente me quede con un sabor muy amargo luego de esta muerte por varios motivos: La atención en emergencias se basa en efectuar el triage correcto para llegar a atender primero lo más urgente y con mayor riesgo de vida. Sin el triage no hay servicio de emergencias que pueda sobrevivir. En este caso fallo el triage y la consecuencia fue la muerte de un paciente que de haber sido atendido a tiempo y desfibrilado en los primeros minutos tenía todas las posibilidades de sobrevivir».
A este escalofriante relato, se suman otras críticas al respecto de la gestión del SAME que están haciendo que el servicio se vuelva ineficiente a niveles extremos.
Según la nota, el SAME atraviesa una «Disminución progresiva del número de móviles operativos: Se calcula que se requiere una ambulancia cada 15.000 a 20.000 habitantes en centros urbanos y cada 20.000 a 30.000 en áreas rurales para poder responder adecuadamente a las emergencias(obviamente hay que contar con algunas ambulancias de backup por si hay desperfectos mecánicos por ejemplo y debería existir el móvil de respuesta a incidentes de víctimas múltiples preparado con el material suficiente para responder adecuadamente). Esa es la razón por la que SAME contaba con 14 ambulancia operativas inicialmente, 11 cuando usted tomo la coordinación y en la actualidad solo tenemos 6. Lamentablemente el último año se calculó la cantidad de móviles mirando el número de salidas que tenía, sin importar la calidad del servicio. Justifican esta conducta en que tenemos “tiempo ocioso” lo que es una clara muestra del desconocimiento que hay sobre la función, el trabajo y la gestión de un servicio de emergencias ya que una de las principales actividades es estar listos para actuar ante una emergencia o urgencia que, como su nombre lo indica, se presenta de repente, con tiempo de respuesta efectiva nulo para realizar adecuadamente nuestro trabajo que es , ni más ni menos, disminuir la morbimortalidad en estos casos. Este sistema impuesto en los últimos meses provoca que el tiempo de respuesta se prolongue y las ambulancias salgan de su área programática para cubrir otra, dejando así su zona descubierta. Por suerte, hasta ahora, no ha habido un evento importante en esos momentos donde un área queda sin cobertura, pero no podemos dejar que la salud de la población en manos de Dios»
Además, denuncia que, debido a cuestiones puramente administrativas —como la asignación de módulos o de horas extras al personal, o el nombramiento en planta de médicos que ahora se encuentran bajo contrato— las dotaciones de las ambulancias quedan incompletas.
Por otro lado, la médica señala «La imposibilidad de conformar equipos de trabajo permanente por la rotación constante de enfermería y choferes. Esto cambió en esta segunda parte de la gestión o sea, bajo su mando [se refiere a López], durante la primera, cada móvil autogestionaba sus coberturas y de esa forma las ambulancias siempre tenían el mismo personal lo que trae adjunto la presencia de un “sentimiento de pertenencia” y por lo tanto el cuidado de los móviles y sus insumos era mucho mejor que en la actualidad. Para ejemplificar, si todos los días o dos veces en la semana viene alguien externo a cubrir no se realiza el pedido de insumos adecuadamente ni el retiro de los mismos, de esta forma nos estamos encontrando con que faltan insumos fundamentales como Oxigeno. EL sistema de autogestión no solo es el que permite mejor meticulosidad con el móvil, sino que es justo en la cantidad de coberturas ya que cada ambulancia tiene los mismos lugares y cantidad de coberturas. También al trabajar siempre con la misma dotación se logra armar un equipo donde funcionamos como un reloj que no requiere más que una mirada o ni si quiera eso para saber quién se encarga de que cosa y así poder brindar la mejor atención a nuestros pacientes. En la calle somos tres y debemos trabajar en equipo sí o sí. Por último al traer a una base a un chofer que no conoce la zona dependemos de un GPS ya que muchas veces no conoce la zona como tampoco las vías rápidas para llegar o retirarnos ni las condiciones de las calles, esto no solo retrasa nuestros movimientos sino que es peligroso para quienes vamos en la cabina trasera atendiendo los pacientes e incluso no colabora con el manejo del dolor en pacientes que lo requieren».
El personal del SAME está haciendo lo que puede, llegando incluso a ocuparse ellos, con sus propios medios y recursos, de que las ambulancias cuenten con los insumos que necesitan, lo que, inexplicablemente, ha tenido una repercusión negativa por parte de las autoridades: «Falta de insumos y posibilidad de reposición ante la necesidad inmediata: desde que hay una persona a cargo con presencia parcial en base central (antes estaba Claudia Barila todo el tiempo efectuando esta labor) de la reposición de insumos eliminaron la posibilidad de reponer lo que utilizamos en horario fuera del estipulado en forma rápida. Para poder hacerlo debemos llamarla por teléfono y esperar que esa persona nos lo proporcione. Sinceramente debería haber algún tipo de backup para esto donde nosotros registremos que tomamos y así hacerlo más operativo fundamentalmente a la noche que es en general cuando se presenta esta problemática. Por otro lado el sistema de cambio ampolla por ampolla, que parecía ser la solución para los psicofármacos, últimamente ha complicado la reposición; en parte porque ante los cambios constantes de enfermero en el móvil en el que estoy asignada los que vienen ocasionalmente no lo hacen, en parte porque nos están limitando la entrega porque, según informó usted misma en la reunión con los médicos, encontraron ampollas de lotes que no compró la municipalidad y supusieron que era por robo de medicación, pero les faltó conocer una parte de los hechos que es que, justamente al no contar con la medicación y saber de antemano la dificultad para reponerla, muchos cambiamos las ampollas vacías (y demás insumos) que usamos con los pacientes en el centro donde dejamos el mismo (HIGA, clínicas, etc.). De esta manera logramos tener siempre stock de material y no tener que dar de baja el móvil. Si en los móviles no se nota la falta de insumos, gran parte es por el esfuerzo de todos nosotros que nos la “rebuscamos” e incluso comparamos de nuestro bolsillo los elementos para poder trabajar adecuadamente; lástima que la devolución fue sospechar que robamos».
La nota también hace referencia al estado lamentable de los móviles destinados al SAME y critica fuertemente el sistema implementado para la atención de los llamados: «Cada vez que hay un evento alguien (el llamante) da aviso al 911, el 911 lo pasa al COM, el COM al SAME (a través de mensajes de WhatsApp) y el SAME se comunica por celular con el llamante para recaudar más datos y poder triagear el paciente; o sea, lo que debería hacerse en un llamado (que sí se hace cuando los llamantes se comunican con el 107) se realiza en 4 llamadas con la obvia pérdida de tiempo en despachar el móvil y la pérdida de la comunicación inicial (que según toda normativa no debería perderse nunca hasta el arribo del móvil)».
¿Alcanzará la muerte de este paciente para que la Dra. López y Viviana Bernabei recapaciten? ¿Cuántas muertes se necesitan para que cambien los criterios de gestión? Menos paddle, menos peleas estúpidas por redes sociales y más gestión, eso es lo que necesita el SAME MGP que alguna vez fue motivo de orgullo y hoy está atravesando su peor momento.