Lo sucedido entre Pablo Baldini y el empleado de Cava Federal. ¿Discriminación y xenofobia? El rol de Alejandro Baldini, primo, testigo y abogado. Hechos fortuitos y un panorama insospechado.
Aquella noche del viernes 1° de septiembre Baldini debió ser hospitalizado luego de recibir un empujón que le provocó una lesión de preocupación para su salud, fruto de la cual debió ser operado en una clínica privada de la ciudad. Junto a él se encontraba su primo y abogado, Alejandro Baldini, y una tercera persona a la que el propio Alejandro Baldini, en diálogo con la FM 99.9, caracterizó como «un conocido empresario inmobiliario intachable».
¿Qué pasó? En los hechos, Baldini mantuvo una controversia con un empleado del lugar gastronómico al que todos conocen como «El Cubano», por su origen natural de la isla. Y los supuestos dichos del productor, que obran en la causa, habrían sido desencadenantes del incidente que más tarde sería conocido por toda la comunidad.
Según contara Martín Bernat, abogado defensor de «El Cubano», en una entrevista que se le realizara en la FM 99.9, lo soltado de la boca de Baldini contra su defendido «se enmarca en un caso clarísimo de discriminación en dos especies del género: xenofobia y racismo», dice Bernat, a referencia de lo que le indicaron personas que estuvieron en ese momento y que ofrecieron ser testigos en el expediente.
Alejandro Baldini, abogado de Pablo, aseguró que el agresor era «una persona entrenada para matar», lo que Bernat desmintió aduciendo que «lo único que hizo —su defendido— fue empujarlo ante una agresión de Baldini» y agrega que «no es un patovica, ni una máquina entrenada para matar como se dice: se trata de una persona de contextura pequeña y que ningún conocimiento tiene con las artes marciales, es alguien que trabaja en el puerto de nuestra ciudad como peón de planta y luego, para ganarse un extra, también hace “presencia” en el espacio gastronómico».
Relató Bernat que aquella noche en la que se produjeron los incidentes, la misión de su defendido era observar que el patio interno de Cava Federal no excediera la capacidad de personas para lo que está preparado. Es decir, que no se llenara de gente. Y afirmó que «ante la insistencia de Baldini de ingresar al lugar, con modales prepotentes y altaneros diciendo “¿no sabes quién soy yo?” y “soy amigo del dueño””, los hechos fueron subiendo de temperatura hasta terminar con la agresión».
En otra ruta
Alejandro Baldini es primo de Pablo Baldini, abogado y con conocida actividad profesional en la provincia de Santa Cruz, donde fue miembro de la Cámara Federal de Apelaciones de Comodoro Rivadavia. Su nombre fue relevante hace algunos años, cuando desde el Diario La Nación, Hugo Alconada Mon encabezó la investigación periodística llamada «La Ruta del Dinero K», poniendo la mirada en el empresario Lázaro Báez, la obra pública, y los nexos coordinantes de Báez con el poder, fundamentalmente durante los años de gloria del ex presidente Néstor Kirchner.
Alconada Mon ya ubicaba a Alejandro Baldini en el radar de la investigación y lo ponía en un lugar preponderante: «Baldini fue el responsable de implementar la estrategia jurídica para vaciar a la constructora Gotti Hnos., el paso previo que permitió potenciar a la naciente Austral Construcciones, una operación que fue el punto de partida del imperio empresarial de Lázaro Báez. (…) En forma simultánea, el letrado fue apoderado de Gotti y de la financiera Invernes, y concretó un traspaso de por lo menos $106 millones por pagos de obras públicas en Santa Cruz. (…) Baldini no sólo realizó transacciones comerciales, sino que los nuevos documentos que ahora salen a la luz muestran que el vínculo con Báez excedía largamente el de abogado y cliente. Dejan al desnudo la compleja trama societaria y financiera que vincula a las empresas contratistas favoritas del kirchnerismo con la Casa Rosada, con escalas en distintos ministerios nacionales».
Más tarde, Lázaro Báez desconoció a Baldini mientras que éste, en una entrevista en el canal televisivo América, sostuvo «conocerlo desde hacía 25 años» y haber tenido «la peor de las relaciones». Baldini aparecía como el abogado defensor de la esposa de Báez, Norma Calismonte y de sus dos hijos menores, Martín y Melina Báez.
Otro detalle que surge del mismo hilo del ovillo de «los Báez» lo tiró sigilosamente Daniel Santoro en el Diario Clarín, cuando caracterizó de «misterioso» un robo de documentación que sufrió Alejandro Baldini. Al abogado le robaron, de su camioneta, una caja con documentos en la que se basaría para preparar el alegato de defensa de los hijos de Lázaro Báez.
Del robo, Baldini dijo que era un mensaje «mafioso» porque además de la documentación le llevaron un cepillo de cabello. Al parecer, el ex camarista era muy meticuloso con el cuidado del pelo por lo que asumió que la sustracción de ese objeto hablaba mucho del conocimiento de los delincuentes acerca de él y su personalidad.
Volver a los hechos
Volviendo a lo sucedido en Mar del Plata, en el local gastronómico de la zona de Güemes, el abogado Bernat indicó que su defendido «no se encuentra imputado por delito alguno», sino que está siendo «investigado» y que por eso ya fue «notificado en el marco del artículo 60, que es ni más ni menos que un aviso de que la Justicia ha iniciado una investigación sobre su persona».
Por eso, ya se puso a derecho ante el juez, lo que implica fijar domicilio y mostrar predisposición en la causa. De hecho, Bernat explicaba al ser entrevistado en la la FM 99.9 que «ya han pedido que se le tome declaración para poder dar sus versión de los hechos», algo que le confiere el derecho a legítima defensa.
Por otro lado, el abogado defensor pidió que se instrumenten dos medidas precautorias en la causa como que se resguarden las cámaras de seguridad, algo que ya procedió, y que se convoque a testigos presenciales para que puedan dar su visión sobre los hechos acaecidos. Sobre esto último, vale destacar que Bernat confirmó que varias personas se fueron comunicando con su estudio jurídico, manifestando su voluntad de ser convocados en el marco de la investigación para decir lo que vieron y oyeron.
Mientras esto ocurre, la investigación está en curso. Alejandro Baldini aparece en la causa como abogado de su primo y testigo de los hechos. En los micrófonos de la FM 99.9 dijo que podía ejercer la representación siendo, además, alguien que tendría muchas cosas para contar sobre lo ocurrido aquella noche.
No lo entiende de la misma manera Bernat, quien afirmó que el ex camarista y abogado de la esposa y dos de los hijos de Lázaro Báez «podría ser abogado querellante pero se trabaja en una inoponibilidad en su declaración como testigo» ya que «si bien no hay contraposición en el sistema legal sí quitaría importancia probatoria lo que el testigo podría comunicar».
Las cartas están sobre la mesa. Sobre la salud del productor, vale mencionar que la evolución fue favorable con posterioridad a la operación. Lo que resta ahora es definir responsabilidades de las partes y reflexionar acerca de cómo un hecho fortuito, el episodio de racismo y xenofobia, seguido de la agresión física del empleado del lugar, puede abrir un panorama insospechado, aún en una ciudad como Mar del Plata, donde cada noche parece estar menos tranquila que la anterior.