1000 semanas

edi1000

Este medio nació para consolidar una vocación: romper el cerco informativo, lo que hoy se cita como “el círculo rojo”. Nacimos para darle a la sociedad local la oportunidad de acceder a lo que ocurre desafiando el relato del poder. Somos el auténtico factor anti sistema en una comunidad a la que le hicieron creer que había que pactar con el amo para poder gobernar esta ciudad.

Los primeros años, las preguntas más habituales eran: “¿no tienen miedo de lo que les puedan hacer?”, “¿llamó el Gallego para arreglar?. Nos querellaron en siete oportunidades, y no fue cualquiera, fue el poder. Salimos airosos en todas, porque publicamos datos duros con enjundia y sin ocultarnos en el “podría, sería”.

Detrás de nuestro ejemplo -la idea de publicar por fuera de La Capital y El Atlántico- nacieron otros medios digitales, que lamentablemente eligieron un camino pequeño: vivir con la palma alzada esperando el mendrugo del poder. La cadena de corte y pegue fue colonizada por el ex intendente (hoy a la espera de fecha para juicio) Gustavo Arnaldo Pulti.

Nuestro enfoque es el de dar al poder y su rostro real una visibilidad que el poder busca evitar por todos los medios. Ese ya es hoy un lugar ganado, pero implica una responsabilidad que no cede y en la cual no cejamos.

A mil ediciones de nuestro inicio, advertimos que hay una mayor apertura en la sociedad. Se habla cotidianamente del impacto de las redes sociales. Este medio está en la red desde 1998, hoy sin el acompañamiento de la edición de papel, que claudicó a favor de un espacio que nos planteamos renovar a diario incorporando la sinergia de herramientas que el público consulta cotidianamente, tales como Facebook y Twitter.

Nada está definitivamente conquistado. Quien así lo cree, nunca leyó historia, y si leyó, no entiende que la lucha es una sola y no concluye nunca. Aún hoy, luego de la fenomenal paliza electoral que esta comunidad les dio a los factores de poder, hay quienes creen que habría que acordar algún tipo de tregua para parar el flujo de noticias negativas sobre la actual administración que La Capital, como buque insignia del poder mafioso, publica a diario.

Ha habido un evidente capitis deminutio en estos años. Los periodistas que se incorporan a la profesión aún creen que la información está en los estamentos del poder, no en la calle, o en la gente, o en las redes como expresión de la gente. Buscamos dejar un testimonio, no desesperamos por ver sus frutos. Sabemos que están ahí, entre nosotros, aquellos que advertirán que el periodismo es un contrapoder o es un instrumento del poder, lo que separa a un medio de comunicación involucrado con la sociedad de una home page al servicio de quien le pague por el relato del momento.

Es nuestra edición 1000, y no es simplemente un número caprichoso. Son mil semanas rompiendo el cerco del poder. Vamos por mil más.