Argentina: un futuro optimista en un mundo alterado

Por raro que parezca, lejos de los discursos políticos y a pesar del escenario global alterado por la blitz de Donald Trump contra el orden internacional —en particular, en la rivalidad expuesta con China—, nuestro país está a las puertas de una era dorada.

Esto es así porque el potencial de Vaca Muerta se abre como la fuente de un maná de oportunidades, por lo menos, por los próximos setenta años. Argentina ya logró ser el vital abastecedor de gas para Chile, un mercado que había perdido la espantosas política petrolera de Néstor Kirchner. Y además, ya sumó al polo industrial más importante de Sudamérica: el gas ya fluye hacia San Pablo, y ese es sólo el principio.

Tal como ha señalado el Centro Argentino de Ingeniería, el potencial de Vaca Muerta está en sus inicios, ya que la alta calidad del gas de esquisto abre la puerta industrias asociadas de alto requerimiento mundial y fuertes precios relativos. En un documento de reciente factura, el CAI señala: «más de 76 millones de metros cúbicos diarios corresponden al shale gas, el gas específico de Vaca Muerta que tiene en muchas de sus áreas una particularidad que hoy es todo un dilema». Esa particularidad es lo que se conoce como la riqueza del gas, es decir, la gran cantidad de líquidos que tiene como etano, propano, butano y gasolina líquida, además del metano en sí, que sobrepasan la capacidad de separación de las plantas existentes y que ponen además en jaque a las plantas de tratamiento.

Este esquema que, tal como señala el CAI, pone en jaque al sistema, implica más inversión para poder procesar y separar toda esta riqueza natural. Nuestro país ha sido sacudido como una hoja al viento por cuanto evento extremo se dio en el mundo. Hoy, se está ante un cambio de paradigma: Tal como se señala en estas jornadas organizadas por el CAI, «Luego de 2026, con el sistema Vaca Muerta Oil Sur funcionando, Wegner aseguró que “se van a requerir más plantas de turbo expansión, fraccionamiento y tratamiento. Porque no hay capacidad en las plantas de separación y acondicionamiento para absorber más gas asociado al crudo. Lo bueno es que ya sabemos que hay que hacer algo. Hay instalaciones existentes que podrían ser útiles. Hay que mirar mucho el etano porque si no, no vamos a poder producir crudo. Hay que empezar con las plantas que están subutilizadas, completar el proyecto de TGS para que separe más líquidos y falta un poliducto”».

Los especialistas plantearon que el pronóstico con el nuevo puerto exportador es que se sumen de 20 a 30 millones de metros cúbicos de gas asociado, obligando no sólo a las empresas que participaron de la Jornada de Midstream a multiplicar los planes de ampliación que ya están realizando, sino a encarar de lleno el problema de la superabundancia que está por venir. Otra Argentina.