Argentina y una nueva era dorada

Quizá porque darle ese sesgo a la información le quita crédito al gobierno nacional, la nueva era dorada para nuestro país, que se encuentra en ciernes, es negada por la media y la política nacional.

Quizás también contribuya que este gobierno se pega, políticamente a diario, tiros en el pie, y sus propios logros quedan continuamente así por debajo en el relato público. Lo real, es que la economía bulle a pasos agigantados y se instala a nivel global cada día más.

Estos son los hechos: Pan American Energy y la Administración Nacional de Usinas y Trasmisiones Eléctricas (UTE) de Uruguay firmaron un contrato para la exportación de gas natural proveniente de Vaca Muerta con destino a la generación térmica de dicho país. Las exportaciones se realizan a través del Gasoducto Cruz del Sur, que conecta Punta Lara, en Argentina, con Colonia y Montevideo en Uruguay. Dicho ducto tiene a PAE como uno de sus accionistas junto a ANCAP (Uruguay), Harbour Energy y Shell. Hasta el momento, Pan American Energy ya entregó más de 7 millones de metros cúbicos de gas natural, previéndose mayores exportaciones durante el verano. Se trata de la única empresa que envía gas de Vaca Muerta al país vecino, con un volumen de 0,8 MMm3/d que podría incrementarse en función de la demanda térmica uruguaya, dado que el caño inaugurado en el 2002 tiene capacidad por hasta 5 MMm3/d.

Interrogante: ¿cuántos argentinos saben de la existencia de este gasoducto? Muy pocos. El gasoducto Cruz del Sur, inaugurado en 2002, conecta la localidad argentina de Punta Lara con Montevideo, constituyendo una arteria vital para la integración binacional. La sociedad operadora del ducto está conformada por actores de peso global y local: Shell (40%), PAE (30%), Ancap (20%) y Wintershall Dea (10%), lo que asegura los estándares técnicos para el transporte transfronterizo. El mismo fue en su momento desactivado por la nefasta política de combustibles del gobierno de Néstor Kirchner.

Mientras tanto, en Salta, hay un nuevo «El Dorado»: Según revela el diario El Cronista Comercial, el mismo se ubica en la localidad de San Lorenzo Chico. El por qué, según señala el medio, es debido a que la Argentina se posiciona como uno de los líderes mundiales en producción de litio, y la provincia de Salta está en el centro de esta revolución. Proyectos como el de Ganfeng Lithium y Lithium Argentina, con una inversión de u$s 2000 millones, buscan duplicar la capacidad productiva del país en salares como Pastos Grandes y Pozuelos.

Este auge minero atrae a profesionales, empresas y proveedores, generando una alta demanda de viviendas, oficinas y servicios. Según expertos, la rentabilidad anual en proyectos inmobiliarios puede alcanzar el 10% en dólares, gracias a la estabilidad y diversificación (minería, turismo, agricultura). Agrega el medio referenciado que San Lorenzo Chico integra naturaleza con desarrollo planificado. El punto más destacado, es el primer Hotel Hilton Garden Inn del noroeste argentino, con apertura prevista para 2027: más de 10.000 m², 112 habitaciones, piscina, gimnasio, sauna y terraza con bar para eventos. Hace apenas diez años, San Lorenzo Chico no era más que un tranquilo rincón rural, un punto de transición entre la ciudad capital y las exuberantes yungas que anuncian el comienzo del Valle de Lerma.

El impulso inicial lo dieron los hermanos Beccar Varela a través de su compañía Proyecto Norte, cuando en 2013 lanzaron Praderas de San Lorenzo: un barrio privado con todas las amenidades de un club exclusivo. Desde entonces, la expansión urbana se extendió como una mancha de aceite incontrolable: surgieron nuevos loteos, shoppings, proyectos turísticos y la llegada masiva de multinacionales dedicadas al litio. La velocidad del cambio y las oportunidades están a ritmo de vértigo.

Hay un escenario político mediático empeñado en no ver. Una flagrante torpeza.