En dos ocasiones y ante auditorio diverso, el Presidente de la Nación expuso llagas ciertas de una sociedad que transcurre entre acciones disvaliosas y sin acertar el camino del cambio.
En la primera ocasión, el ingeniero Mauricio Macri lanzó la necesidad de terminar con la mafia de los juicios de trabajo. Puntualmente señaló: “Hay que enfrentar a la mafia de los juicios laborales, eso destruye la generación de empleo futuro. Hay un grupo de abogados laborales encabezados por Recalde que ha hecho mucho daño a la Argentina”. Pero no se quedó allí, sino que avanzó en acusar al estudio del diputado de “convencer” a trabajadores a hacer “juicios indebidos”, y que como “tienen todo armadito se lo hacen ganar para llevarse todo y dejan a seis o siete trabajadores en la calle”.
Esta mafia existe. No del modo en que se puede imaginar la mafia al estilo italiano o neoyorkino. Entre nosotros, se trata más de una mafia vinculada por el interés económico, que usa la conflictividad social propia de las relaciones laborales, amparándose en formalismos jurídicos, para lograr un beneficio ni natural ni pertinente.
Ha habido un silencio ominoso respecto de lo señalado por Macri: el diputado Recalde parece estar muy solo en su intento de defensa. En Mar del Plata, el Colegio de Abogados usó la sangre derramada de los abogados torturados y asesinados en la conocida como “La noche de las corbatas”, para atacar al Presidente y negar la existencia de dicha mafia. Una mafia que no sólo ha sido identificada por el Presidente, sino por otros sectores, tal el caso de la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (FADEEAC). La aseguró que “la preocupación expresada por Mauricio Macri es compartida por la Federación”, y que “desde hace años, FADEEAC denuncia el crecimiento injustificado de la litigiosidad judicial laboral, que en algunos aspectos ha adquirido ribetes escandalosos, como ocurre en materia de riesgos del trabajo, donde por esta circunstancia se ha triplicado el costo de cobertura de riesgos”.
“Esta altísima litigiosidad, desborda y excede la capacidad jurisdiccional del Estado, lo que genera una excesiva morosidad en el tratamiento de las causas judiciales. Además, rayana en la negación de Justicia, repercute en la tasa de desempleo y en el incremento del empleo informal. También genera dudas a las empresas a la hora de decidir inversiones”, detalló la Federación mediante un comunicado.
Por otra parte, el Presidente empleó el recurso de una comunicación directa con un ciudadano para hablar de su parecer y padecer por la falta de resultados judiciales en causa de alto impacto por la corrupción. Le manifestó, en el simple lenguaje cotidiano de la calle: “Me desespera que los que hicieron las cagadas y se robaron el país en el gobierno kirchnerista sigan caminando por las calles. Además, Macri cuestionó que “hay una cantidad de empresarios vivos que cada vez que hay 2 de inflación, te enchufan 4, o por las dudas te enchufan 8”. El jefe de Estado también les reclamó a los jueces que “tienen que decir a los argentinos quiénes de los que se fueron, robaron, porque hay un montón de denuncias”, por lo cual criticó que hay magistrados que “dan vueltas”, ya que pasó “un año y medio y no empezó el juicio oral de ninguno”.
Expresiones fuertes y certeras del Presidente en tremendas batallas por la verdad.