La movilización del pasado sábado 24 trajo un aire de reparación emocional a quienes, abrumados por el resultado de las PASO, se les hace insoportable el ruido mediático y político que busca transformar una puja de definiciones partidarias en una elección anticipada que indique hacia dónde va la Argentina.
El resultado fue apabullante para el gobierno, que no atinó a reaccionar más allá de las formas triviales y comunes en la expresión política y que dejó a sus votantes en una situación socio política de soledad. La tristeza es un dato cierto de amplios sectores de la población.
Esta coyuntura, que está marcada por los días que faltan hasta la elección de octubre, es de por sí intensa. En ningún campamento político se esperaba un resultado que marcara esta tremenda tensión que lleva hoy el valor del dólar a cotas no imaginadas. Ciertamente, un economista que nadie sabe si tendrá o no un rol en el hipotético gobierno de Alberto Fernández, fue el que anunció la cota de sesenta pesos por dólar, un valor que, en realidad, tiene mucho que ver con la situación que atraviesa el conjunto de la sociedad. Emmanuel Álvarez Agis fue quien detonó la cifra que fue tomada rápidamente por el candidato Alberto, quien indicó que, para su criterio, sesenta pesos por cada dólar era apropiado.
Es claro para amplios sectores de la sociedad que las fuerzas que se agrupan detrás del binomio de los Fernández quieren ver a Mauricio Macri renunciado y, de ser posible, partiendo de Casa de Gobierno en helicóptero. Jugaron a esa carta desde la hora cero del gobierno de Cambiemos. La resistencia no está en los partidos políticos que integran la coalición, está en el ciudadano de a pie, el mismo que por años fue caracterizado como “la mayoría silenciosa”, hoy un ruidoso cóctel en las redes que saca de quicio a comunicadores y escribas de medios, en particular de aquellos de CABA que hacen de “nacionales” pero reducen su mirada del país a algunas manzanas de la Capital Federal.
Por citar un ejemplo, las consultas en los vice consulados de Italia y España en Mar del Plata, explotaron. No son expresiones en los medios o en las redes, son sólo jóvenes que se van a diario buscando otros horizontes. Adultos en los cincuenta y aún más dicen no poder soportar otra dosis de la ímproba medicina que el peronismo le ha hecho tragar a la sociedad una y otra vez como un rito maligno.
Octubre es una incógnita. Vayan estos datos: dos peritos establecieron que en las obras que llevó adelante (o debió haber llevado) Austral Constructora, los sobreprecios fueron del orden de los US$170 millones. No es un relato ni persecución política, es saqueo feroz. Mauricio Saillen, líder del Sindicato de Recolectores de Residuos de Córdoba Capital tenía un plazo fijo de US$700 mil a su nombre. Enojado, desde el lugar en el que está detenido a disposición del fuero federal, afirma en twitter que ese dinero se lo ganó “de frente y trabajando”. Bienvenida tristeza.