La reciente firma del acuerdo entre la Comisión Nacional de Energía Atómica y el INVAP, para la búsqueda conjunta de oportunidades de comercialización del reactor modular CAREM, es un paso en la dirección correcta para asegurar el futuro de la industria nuclear en la Argentina.
Se trata de un paso gigante al respecto de la mentalidad y la comprensión de los sectores científico y tecnológico de nuestro país. Según se lee en la página del INVAP: «La firma se llevó a cabo entre la presidenta de la CNEA, Adriana Serquis, y el gerente General y CEO de INVAP, Ing. Darío Giussi».
Este acuerdo se da en el marco de un creciente interés global en los pequeños reactores modulares y sus diversas aplicaciones asociadas. La visibilidad internacional del proyecto CAREM pone a Argentina en una posición privilegiada en este nuevo mercado.
De esta forma, las instituciones trabajarán de manera conjunta en la prospección, exploración, desarrollo y explotación de oportunidades comerciales referidas al CAREM y otras plantas nucleoeléctricas, sus componentes, ingeniería, y servicios asociados y/o conexos.
El reactor CAREM, desarrollado por CNEA, es el primer reactor nuclear de potencia íntegramente diseñado en Argentina con una posición privilegiada en el segmento de los reactores modulares de baja y media potencia (SMR por sus siglas en inglés). En este momento, la obra de la planta de demostración del reactor se encuentra con un importante grado de avance en un predio lindante al Complejo Atucha, situado en la localidad de Lima, provincia de Buenos Aires.
Toda esta saga no sería posible sin la visión de un genio nacional: Conrado Varotto, el creador del INVAP, impulsor de la CONAE —Comisión Nacional de Investigaciones Espaciales— e impulsor de la ciencia como motor de la creación económica de alto valor agregado, un actor sin cuyo concurso, quizá nada de todo esto existiría.
Varotto, nacido en Italia pero criado en el país, hizo estudios de posgrado en la Universidad de Stanford y de allí aprendió y conjugó la idea de vincular la ciencia y el desarrollo tecnológico con una visión de negocios con mecanismos de mercado.
Suya es la política que permitió la realización y la puesta en el espacio del sistema satelital SAOCOM, en conjunto con Italia. En un reciente reportaje publicado en La Nación, Varotto deja varios mensajes. Uno en particular, va dirigido a la provincia de Chubut: «Me imagino cambiando las leyes argentinas para volver a pensar en Gastre y ofrecer al mundo el negocio de los kilowatts limpios: voy a un país, le instalo los Carem y le doy energía en poco tiempo. Siempre lo imaginé como un gran negocio para la Argentina porque hay países reacios a tener material nuclear permanente en su territorio. Nosotros en este momento tenemos las cosas difíciles para el desarrollo nuclear porque las leyes sobre todo provinciales del Chubut, nos complican los proyectos. ¡Ahí un ejemplo típico de por qué las cosas no resultan! Por la falta de visión. Es la no-visión y así se lo dije al gobernador de turno: ¡vos no tenés visión de futuro!».
Futuro y presente, algo que Varotto imaginó en la década de 1970 y que hoy, con la firma del convenio INVAP/CNEA, tiene un principio de cambio de paradigma.