Tal como es ampliamente conocido, el régimen nacional socialista —más conocido por su acrónimo NAZI— se fortaleció e institucionalizó mediante el amplio uso de la propaganda, ya sea radial o a través de los medios gráficos.
La metodología utilizada es conocida mundialmente como el «Decálogo de Goebbels», cuya autoría se le adjudica al ministro de Propaganda del régimen, el cual nació como una serie de recomendaciones para su uso en publicidad de la mano de un olvidado inmigrante judío en la Nueva York de la década de 1920.
Hoy, la tecnología permite la aplicación de esta reconocible metodología a las redes sociales. Ahí, a aparece un personaje ya conocido en los medios políticos y en ascenso ante los variados públicos de hoy: se trata de Fernando Cerimedo, dueño —entre otras cosas— de La Derecha Diario, quien le reconoció al medio Infobae manejar 50 mil cuentas truchas.
Dice la nota: «Este consultor en marketing digital —dueño de La Derecha Diario, entre una decena de medios de Madero Media Group— niega tener granjas de trolls o realizar campañas “sucias” a través de cuentas falsas. Pero las diferencia de las campañas negativas —a las que defiende— cuando revelan aspectos aspectos de un opositor que éste no quiere que se conozcan. Maneja unas 50.000 cuentas creadas artificialmente para monitorear la conversación en la redes, ver qué se dice de Milei, e influir con contenidos generados especialmente para tener impacto».
Ahí es donde entra el Decálogo, que reza en su primer punto: «Principio de simplificación y del enemigo único. Adoptar una única idea, un único Símbolo; individualizar al adversario en un único enemigo». «La casta», una simple y única idea.
Dice el segundo punto: «Principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo; los adversarios han de constituirse en suma individualizada». En continuidad del primero concepto, todos son «la casta», en particular si no se allanan a sus objetivos.
Punto tres del Decálogo de Goebbels/Cerimedo: «Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”». Cerrar el BCRA, terminar con el peso, etc.
No obstante, en el sexto punto del Decálogo está el núcleo de la fuerza comunicacional que Cerimedo pone al servicio de Milei: «Principio de orquestación. La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas». De aquí viene también la famosa frase: «Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad».
Todo gira en torno a repetir, una y otra vez: «dolarización, cierre del BCRA, casta» a lo que se suman improperios a diestra y siniestra. No es «lo nuevo», es algo que ya se empleó, y que llevó a una catástrofe de proporciones bíblicas.