
Sobran los ejemplos expuestos por medios y por las redes de que la presencia de la población de origen islámico en Europa, no es algo neutro.
La buena conciencia «woke», buscando expiar el pecado brutal de la colonización europea entre los siglos XIV y XX, ha convertido a naciones enteras en su propio verdugo, amenazando su propia existencia.
Tempranamente, la periodista y escritora italiana Oriana Fallaci anunciaba este presente en el libro «La rabia y el orgullo»: «Intimidados como están por el miedo de ir a contracorriente o parecer racistas (palabra inapropiada porque como resultará claro el discurso no es sobre una raza, es sobre una religión), no entienden o no quieren entender que aquí está ocurriendo una Cruzada al Revés. Acostumbrados como están al doble juego, cegados como están por la miopía, no entienden o no quieren entender que nos han declarado una guerra de religión. Promovida y fomentada por una facción de aquella religión, puede ser, (¿puede ser?), pero de religión. Una guerra que ellos llaman Yihad: Guerra Santa. Una guerra que puede ser (¿puede ser?) que no aspire a conquistar nuestro territorio, pero mira a la conquista de nuestras almas. A la desaparición de nuestra libertad, de nuestra sociedad, de nuestra civilización. Es decir, al aniquilamiento de nuestra manera de vivir o de morir, de nuestra manera de rezar o no rezar, de pensar o no pensar. De nuestra forma de comer y beber, de vestir, de divertirnos, de informarnos… No entiendes o no quieres entender que si no nos oponemos, si no nos defendemos, si no luchamos, la Yihad ganará».
Y la Yihad está ganando: toman las calles, ganan alcaidías, buscan imponer la sharia y, quienes se oponen, son hostigados y perseguidos aún con la ley de los propios países a los que pertenecen.
Un caso destaca en estos días: en un suceso que ha desatado una encendida controversia en el Reino Unido, una adolescente de 12 años fue arrestada este fin de semana en Dundee, Escocia, tras enfrentarse a un presunto agresor con un cuchillo y un hacha para proteger a su hermana y a una amiga. El incidente que ha puesto en el punto de mira la justicia de prohibir la mera exhibición de armas blancas en la vía pública en un país cada vez más peligroso. Un video del incidente, que se ha viralizado, muestra la tensión del enfrentamiento, lo que ha generado un debate público sobre la justicia de su detención.
¿Cómo es la historia? Según el vídeo que ha sido difundido en la red social X, se ve a la menor gritando: «¡No la toques! ¡Tiene doce años!». Pero, al ser el video grabado por el presunto agresor, no se ve el momento en que supuestamente acosó sexualmente a la hermana y a una amiga de la adolescente que es filmada, quien esgrimió un machete y un hacha para ahuyentar al supuesto atacante, el cual le pide en numerosas ocasiones que «muestre el cuchillo» para poder denunciarla. Por lo que se ve, con éxito: el agresor —que tiene acento árabe y no se lo ve en la filmación— logro su objetivo, ya que las autoridades iniciaron acciones en contra de la muchacha y la han detenido.
El escenario está servido: la escalada de violencia que sufren las mujeres en calles y transportes públicos en todas las grandes ciudades de Europa terminará en tragedia mayor. Este silencio oficial ha alimentado especulaciones y críticas en plataformas como X, donde muchos usuarios han calificado la detención como una «injusticia» y han elevado a la adolescente, identificada posteriormente como «Lola», a la categoría de «heroína» por proteger a su hermana.
El caso ha reabierto en redes sociales el debate sobre la seguridad ciudadana y las leyes de autodefensa en el Reino Unido, un país con estrictas regulaciones sobre la posesión de armas. Mientras algunos defienden la valentía de la joven, otros advierten que el uso de un cuchillo y un hacha en la vía pública, independientemente de las circunstancias, representa un peligro que las autoridades no pueden ignorar. «Es el mundo al revés: detienen a quien se defiende y protegen al que ataca», se lamentaba un usuario en X, reflejando el sentir de muchos.