Los acontecimientos que se dan en este momento en el mundo reflejan acabadamente el estadio de crispación que vive la sociedad mundial. Venezuela, Ucrania, Siria, Afganistán, la interminable guerra civil en Irak, a diario pujan entre sí por ocupar la tapa de la cobertura global de los medios.
En estas horas hay una calma engañosa en Kiev. Cuando se habla de que el presidente Víctor Yanukóvich se ha retirado de la ciudad capital, en la plaza central, en la que se ha librado esta batalla increíble trasmitida en vivo y en directo, la población cuenta a los medios internacionales presentes: “Por primera vez en muchos días, las tropas de intervención especial, las Berkut, han desaparecido, dejando tras de sí parte del equipo de acampada, incluidos los jergones sobre los que habían dormido”. Frente a la sede del Gobierno, varios hombres con casco y el rostro cubierto por pasamontañas, todos ellos del servicio de Autodefensa del Maidán coincidían: “Un hombre con las manos manchadas de sangre no puede ser presidente. Estaremos aquí hasta que se vaya [Yanukóvich]”. Añadían, no obstante, que la vuelta a la Constitución de 2004, que da más poderes al Gobierno, les parecía “un paso en la dirección correcta”. “Paso a paso”, decía Vladislav, que dijo ser comerciante y ex policía, y que hablaba “como ciudadano de Ucrania”.
“¿Por qué elecciones en diciembre y no ahora?”, se pregunta Jan. “¿Acaso quieren que la gente se disperse y luego vuelva? Nada de eso, el Maidán estará aquí hasta que Yanukóvich se vaya. El Maidán resistirá. Yanukóvich debería delegar todas sus competencias inmediatamente, porque este es el primer presidente que ha vertido sangre en la historia de Ucrania”, afirma. Agregaba que su organización estaba fuera de la política, pero que, a partir de los sangrientos sucesos de los últimos días, su grupo y otros grupos de defensa forman parte del consejo coordinador del Maidán que hasta ahora había estado controlado por los líderes de la oposición parlamentaria.
El luto envuelve a Ucrania: en sólo dos días de intensas luchas, han sido al menos 77 los muertos y decenas los heridos. En la memoria de los presentes, están las tres horas de brutales enfrentamientos en el epicentro de las protestas, que acabaron con la vida de 20 civiles, asesinados por francotiradores gubernamentales.
No es menor lo de Venezuela. El presidente Nicolás Maduro, que recibe el apoyo de Cristina Fernández, de Dilma Rousseff y el resto de los presidentes de la región, es sin embargo cuestionado por un colectivo popular que incluye a Madonna, y tiene en Rubén Blades una voz, en este caso, poderosa. Precisamente Blades le respondió a Maduro señalando: “He tenido la oportunidad de ver un vídeo en el que se dirige a mi persona, en ocasión de una nota que he publicado en mi página de internet. No acostumbro responder comentarios, pero me siento obligado a referirme a sus palabras por el hecho concreto de que en el vídeo mencionado, usted me nombra directamente. Espero que dicho vídeo no resulte una falsificación como las que hoy abundan en internet, y si lo fuera, confieso que es de muy buena calidad (…) Los comentarios expresados por mí, en relación con la difícil situación que hoy vive Venezuela, no son derivados de las noticias de CNN, o de Univisión, o cualesquiera otra fuente noticiosa, “imperialista” o no. Nacen de cartas, comentarios y de reflexiones hechas por amigos, dentro y fuera de Venezuela, y de la lectura cuidadosa y analítica de innumerables publicaciones, tanto afectas como antagonistas a su gobierno. El carácter diverso del material que usualmente escojo para mis lecturas, tiende a nutrir amplia y objetivamente mis puntos de vista”, sostiene Blades en una comunicación sin concesiones.
Sólo una muestra: no se trata de derecha o izquierda; no hay justificativo para tanta sangre. No hay motivo, ni perdón.