Décadas hablando del desarrollo argentino y de las opciones para hacerlo viable que tropezaron una y otra vez con cambios políticos y avances y retrocesos que han marcado generaciones; permitiendo que se crea —o que se haga creer— que la única salida es Ezeiza.
Década tras década el país ha creado riqueza diversa y contra todo pronóstico se halla hoy ante las puertas de un cambio que hará de la nación ese sueño de tantos: un país viable, con equilibrio fiscal y una moneda propia con valor real.
Vaca Muerta se inició con una contradicción central: la pésima estatización de YPF, mal ejecutada y a contramano del orden jurídico, que le significa al país un juicio por u$s 16 mil millones, que pueden llegar a duplicarse. Pese a esa situación, generada por la mala praxis de Axel Kicillof y la cerrazón mental de Cristina Fernández de Kirchner, Vaca Muerta rebalsa de inversiones y proyectos.
Ya de por sí, alivió el invierno de los argentinos al no tener que suspender contratos interrumpibles y cortes en estaciones de GNC desde agosto porque las obras complementarias del gasoducto que nace en Añelo, con la puesta en marcha de las plantas compresoras en la localidad de Tratayen, batieron el record de suministro de gas en el país.
La cuenta exportación no para de crecer: sólo Chile, en los primeros seis meses de este año, compró petróleo por u$s mil millones. La cuenta impo/expo de combustibles ya esta superavitaria y crecerá aun mas de cara al 2025.
Pero hay más: según publica el diario Rio Negro —cuya sección energía es altamente recomendable—: «más de 76 millones de metros cúbicos diarios corresponden al shale gas, el gas específico de Vaca Muerta que tiene en muchas de sus áreas una particularidad que hoy es todo un dilema». Esa particularidad es lo que se conoce como la riqueza del gas, es decir, la gran cantidad de elementos líquidos que tiene como etano, propano, butano y gasolina líquida además del metano en sí, que sobrepasan la capacidad de separación de las plantas existentes y que ponen además en jaque a las plantas de tratamiento: «Hoy, de los cerca de 76 millones de metros cúbicos de gas natural que se producen exclusivamente en Vaca Muerta, sonunos 15 millones los que llegan como asociados al petróleo». Se trata de un gas altamente rico en líquidos, que como se indicó, que requiere un tratamiento diferente al gas pobre o seco e idealmente una separación para aprovecharlos.
Esto implica que el nivel de inversiones por venir, para separar y generar otros negocios derivados en el amplio escenario de la petroquímica, dan como resultado un crecimiento económico al que hoy no es posible fijarle techo.
Argentina, no lo vas a entender.