La editorial Perfil no sólo tiene editor responsable -el periodista Eduardo “Eddie” Zunino-, sino que, amén de ello, su director propietario, Jorge Fontevecchia, asume con alta vara que su medio hace PERIODISMO PURO; al menos es el eslógan que repite y sostiene tanto en las versiones de papel como electrónicas.
Pero ni la idea misma de la pureza ni la de edición responsable fueron óbice para que Perfil publicara una entrevista a Delfina Rossi, ex directora del Banco Nación por la gracia de su padre Agustín Rossi, en la que la entrevistada aseguraba que “están dadas todas las condiciones para una corrida bancaria”. Teniendo en cuenta exclusivamente la ausencia de experiencia y de trayectoria profesional en el área de las políticas económicas nacionales de la entrevistada, el repotaje es un caso cierto de ausencia de editor responsable, salvo que la publicación sea un mensaje del estilo “estamos dispuestos a todo”, que abunda en los medios main stream de la Argentina.
Quien trajo una sorpresa positiva en su columna fue Alejandro Borensztein, quien apuntó en este escenario datos ciertos. “Cuando la dictadura terminó en 1983, la inflación era del 433%. Los militares le habían dejado a Alfonsín una bomba y se escaparon por la ventana. ¿Le suena amigo lector? El déficit del Estado era insostenible y los intereses de la deuda eran asfixiantes. Durante el primer año de Alfonsín, la inflación se disparó aún más: 688% anual”.
Los datos de inflación son cruciales para comprender el momento actual. El economista Fausto Sportono indica que si se quita el ordenamiento tarifario -que agrega ocho puntos a la inflación-, estaríamos en un umbral de no más del 16% para este año. Sostiene Borensztein que estos datos sobre el pasado reciente de la economía argentina son importantes para situarnos en un contexto justo: “El año con menos inflación fue 1986, con 87% anual. En 1989 la cosa reventó, y terminamos con 3.079% de inflación anualizada. Luego vino Menem, con toda la polenta peronista, y en su primer año sólo tuvimos 2.314% de inflación”. Es decir: alguien tiene presente que en el primer año de Menem, peronismo explícito adorado por todos -incluida la pareja presidencial santacruceña- la inflación fue del 2.314%. De ahí que la idea recitada por los medios main stream de que sólo se sale de esta crisis con un acuerdo con el PJ, no importa cuál sea la variante o versión, es de una ridícula y pésima memoria reciente, inadmisible en los supuestos grandes nombres del análisis político periodístico.
Claro que faltó actitud y entidad para ver lo que venía, que no estaba oculto ni es una maniobra, como le gustaría a Elisa Carrió Imponer una gabela de pago para los capitales financieros era una ilógica absoluta. El Gobierno no vetó la ley que impulsó el Frente Renovador en la persona de Margarita Stolbizer y Sergio Massa, y estas son consecuencias, que es casi imposible de creer que no fueron previstas. Debe decirse que los medios “con editor responsable” nada dijeron al respecto, y actúan ante su público y lectores como sorprendidos y agobiados por el trámite nada sorpresivo de la realidad.