Quizá aún falte tiempo para una expiación de responsabilidades, por el shock que significó para la economía argentina el impacto en el valor de la moneda nacional ante el dólar, moneda de reserva de los argentinos. El fin de semana previo al debut de la política monetaria de bandas cambiarias, los medios metropolitanos anunciaban el desafío del mercado presionando para ir por encima de los 44 pesos por dólar; parecía un destino fijado. En esta semana, con el dólar en el piso de los treinta y cinco pesos, el BCRA introdujo medidas para incomodar el negocio del “carry trade” introduciendo medidas de esterilización monetaria que imponen cargos concretos a quien ingresa al país divisas para operar en el mercado financiero.
Si bien analistas y medios hablan aún de desafíos, que los hay, distintos elementos de análisis llevan a pensar que el equilibrio de la macro en 2019 es algo muy factible. Se conoció que en perspectiva, el año próximo traerá un alivio en el valor del precio del gas, porque el aumento de la producción nacional vía Vaca Muerta lleva a una baja del 30% en el precio de la generación de energía, con la consecuente reducción de los costos de los subsidios, que han sido, en gran medida, junto a la importación de combustibles, dos de las bombas de tiempo que heredó el gobierno de Mauricio Macri.
Otra noticia que habla del cambio de tendencia es la baja del precio en el valor del combustible por parte de Axion y Shell, como consecuencia del golpe que implica para estas petroleras la ruptura de la cartelización del precio que ha planteado YPF. La baja se alinea con la baja de la cotización del dólar y la caída del precio del barril de petróleo a nivel internacional. Variables muy importantes convergen en medio de un debate ideológico sobre el bono de fin de año, que el Gobierno impulsa como ofrenda de paz a los gremios para dar pábulo al levantamiento de medidas de acción directa en pleno desarrollo del G-20 en nuestro país.
El abastecimiento energético que Argentina perdió por decisiones políticas del gobierno de Néstor Kirchner para reemplazarlo por un negociado de importación, le ha dado al país una pérdida de soberanía energética que se viene recuperando a pasos agigantados con inversiones directas en alternativas, a lo que debe sumarse la apertura de la exploración off shore frente a las costas argentinas, un segmento de posibilidades que nunca se había puesto en marcha.
Desde China, Guido Sadleris anunció el aumento de la cobertura del Central vía el swap de divisas con ese país, con lo que el frente interno en cuanto a disponibilidad de dólares está más que cubierto. La cosecha 2018/2019, si se logra en los parámetros que se prevén, dará saldo más que favorable a la balanza comercial y al flujo de divisas en un año, el próximo, crucial para definir el presente de los argentinos.