Escenarios de cambio

edi955
El Gobierno nacional está dispuesto a demostrar que no le tiembla la mano para gobernar, y que, a diferencia de la gestión de la Alianza, que terminó devorada por las internas de sus actores, puede funcionar con unidad de mando y criterio político.

Prueba de ello es la conducta de Isela Constantini, presidenta de Aerolíneas / Austral, que a horas de iniciar su gestión demolió un contrato espurio con la rosarina Sol que implicaba una erogación del Estado vía caja de Aerolíneas Argentinas de un millón de pesos diarios. La decisión no ameritó cabildeos mayores: lo que no corresponde, no corresponde, y la acción fue soportada por todo el Gobierno.
Pero hoy la mirada hay que posarla en Jujuy. Allí, el radical Gerardo Morales parece dispuesto a terminar con la imagen de gobiernos de la UCR débiles y vulnerables a la presión de los grupos y factores de poder que han condicionado al anciano partido en geografías políticas disímiles. Morales, como gobernador, inició una acción por la transparencia pública que acorrala a Milagro Sala, quien se había acostumbrado a cogobernar Jujuy y creyó que podía, ocupando la plaza principal de San Salvador de Jujuy, amenazar con miles de plazas en el país para salirse una vez más con la suya.
La suspensión del CUIT de las cooperativas que Sala usaba para manejar dinero público, el cierre de las cuentas corrientes en los bancos, y su detención la tarde de este último sábado marcan la agenda a fuego. No habrá este año vacaciones en el Conrad de Punta del Este para la dirigente piquetera que recibió el apaño dilecto de Néstor Kirchner y el de Cristina Fernández hasta el último día de mandato.
Las circunstancias que rodean a Aníbal Fernández no son mejores. El gobierno de Mauricio Macri también necesitaba un relato, y la triple fuga de General Alvear se lo dio. La  necesidad de la hora tiene que ver con una clara política antidrogas, porque la sociedad argentina necesita exorcizar los demonios de una abjuración que creció desde los noventa hasta hoy bajo un disfraz retorcido y mendaz, que tornaba al crítico en la materia en “facho” y represor.
Aníbal Fernández tiene todos los tickets del partido que se avecina para ser la figura emblemática de la lucha contra las drogas en el más alto nivel político del país. Lo acompaña Martín Sabbatella en la cruzada: su situación personal está desplegada en el envío central de este medio, y refleja hasta qué punto este y otros personajes por el estilo creyeron ser más que la ley y el soberano.
El fuego del poder se alimenta de aquellos que, convencidos de que todo lo pueden, son consumidos por el mismo combustible que insuflaron a sus prácticas cotidianas. Una era auténticamente republicana está en su inicios; esperemos tener la templanza social que hace falta para convertirla en un modo de vida y no en un momento de éxtasis social, superficial y pasajero.