Luego de cientos de años de padeceres para España, y luego de la cruel guerra civil en dicho país que devino en el gobierno de Francisco Franco entre 1939 y 1975, llegó una nueva era con el pacto de La Moncloa, que abrió, junto a la incorporación de España a la Unión Europea, el ciclo de mayor crecimiento y oportunidades de esta nación madre de naciones.
Sin embargo, el ciclo ahora da señales de estar agotado: superada la violencia de ETA e integrada la nación española bajo la institución del Reino de España, con la figura real como garantía de identidad nacional, ahora toma un curso acelerado hacia su destrucción con la deriva socialista de Pedro Sanchez Castejón quien, para ungirse en un segundo mandato, establece alianzas con los independentistas catalanes que se basa en amnistiar a golpistas y abrir un referéndum para establecer un camino que permita la independencia de Cataluña. Igual de grave es el acuerdo con H Bildu, la entidad política vasca, que es en realidad la organización de superficie del grupo terrorista ETA.
Si bien noche a noche se mantienen en la calle las protestas ante la sede del PSOE en Madrid y otras grandes ciudades, nada parece poder impedir la sesión de consagración de Sánchez Castejón como premier del reino de España para avanzar en su disolución
Tal como ha dicho la presidenta de la comunidad de Madrid Isabel Díaz Ayuso, la introducción a las dictaduras en Europa ha llegado por la intrusión en los parlamentos. La historia de Alemania e Italia en la década del 1920 y el 1930 lo refrendan.
Ni que decir que la violencia política ha retornado. Alejo Vidal Quadras, figura del PP catalán y fundador de VOX —formación de la que se ha alejado— fue baleado en plena calle en Madrid. Sicarios que buscaban matarlo marraron el tiro y, si bien el disparo le impactó, está fuera de peligro. Solo hay hipótesis aun, pero el hecho cierto, es que la violencia está de vuelta en España.
Las concentraciones convocadas por el Partido Popular buscan ganar la calle y hacer sonar fuerte el repudio a la voracidad ominosa de Sánchez Castejón, quien llevado por sus impulsos personales está colocando a España en una diana gravosa para su presente y futuro.
Tal como ha señalado Isabel Sánchez Ayuso, quien controla el gobierno, controla la legislatura y controla el servicio de justicia, posee el poder absoluto y por tanto ha dejado de estar en una democracia para ser una dictadura. Los números dicen que, entregando el manejo de la hacienda pública y forzando una amnistía a contrario de las leyes, el nuevo ilegitimo gobierno será ungido.
Si así fuere, el esplendor de España habrá entrado en su ocaso.