La decisión de una sala de la Cámara en lo contencioso administrativo de Tucumán establece que habrá que votar nuevamente en dicha provincia, dejando meridiamente en claro que las condiciones en las que se llevaron a cabo las pasadas elecciones viciaron de nulidad el resultado. La respuesta del Gobierno nacional no se hizo esperar, y llegó sin filtro: escrache en sus domicilios a los jueces que firmaron la manda, más amenazas públicas con pegatinas. Agregando combustible a este incendio, el diputado nacional Carlos Kunkel anticipó que al Gobierno le sería muy fácil intervenir la justicia de Tucumán -léase se designan nuevos jueces, y obtienen el fallo acorde a sus intereses-.
En Tucumán, el nivel de estrés sube día tras día y corroe los principales espacios públicos de la ciudad capital. El Palacio de Justicia, desde el miércoles por la noche, “convive” con la concentración de partidarios del oficialismo que ocupa la plaza Irigoyen, y corre la misma suerte el edificio de la calle 24 de Septiembre, donde tienen sus despachos Salvador Ruiz y Ebe López Piossek, los camaristas que anularon las elecciones del 23 de agosto por pedido del Acuerdo para el Bicentenario. Las inmediaciones de ambas sedes exhibieron carteles intimidatorios contra esos jueces. Además, se supo que el domicilio particular de López Piossek fue atacado con piedras durante la madrugada del viernes. El candidato a gobernador de la Alianza para el Bicentenario, José Cano, responsabilizó al gobernador José Alperovich por esas agresiones, y aseguró que eso refleja “el escaso respeto por las instituciones de la república” por parte del alperovichismo. El postulante a la vicegobernación, Domingo Amaya, también señaló al mandatario provincial por “la situación institucional a la que hemos llegado”. “Esto es producto de la irresponsabilidad del gobernador y de sus adláteres. Es una situación límite de la que debemos ocuparnos los tucumanos, porque sólo los tucumanos pensaremos lo mejor para nosotros”, sostuvo Amaya.
Cano, a través de su cuenta de Facebook, también respondió a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien mediante cadena nacional criticó el fallo de los camaristas Ruiz y López Piossek. “(La mandataria) admite que hubo irregularidades, pero dice ‘había 20 formas de arreglarlo’. Esto se arregla de una única forma: votando de nuevo”, señaló el diputado nacional (UCR). Además, la acusó de “avalar el fraude del siglo XXI comprobado a lo largo y ancho del país”. “El kirchnerismo es coherente al atacar jueces independientes y honestos, también al mentir sobre los fundamentos de un fallo que es histórico para la democracia. No tenemos miedo de perder, lo que no vamos a hacer es bajar los brazos para reclamar por el derecho a ciudadano a que se respete su libertad de elegir”. Una expresión que la Presidenta debería atesorar como propia: la democracia es votar, respetar el voto, y no defraudar. No hay veinte maneras, hay una sola: voto a voto, que significa ciudadano a ciudadano. Nada más, nada menos.