Ante los periodistas en Comodoro Py, el secretario de Comercio Interior Guillermo Moreno señaló: “Sé que voy a ir preso, pero no por esta causa” -aquella por la que había sido citado a indagatoria por el juez Bonadío-. ¿Un ejercicio de absoluta honestidad, o una premonición?
La idea de ir presos, para los hombres del Gobierno, comienza a ser un dato de la realidad. El propio Claudio Bonadío determinó el procesamiento con prisión preventiva del ex secretario de Transporte del kirchnerismo, Ricardo Jaime, y ordenó su inmediata captura por un caso de corrupción en el ferrocarril Belgrano Cargas.
Por una carta firmada por Jaime y dirigida al presidente de la empresa SOESA, que administraba el ferrocarril Belgrano Cargas, se pagaron 2 millones de pesos de más por una obra pública. La empresa Luis Carlos Zonis realizó una obra en el tendido de vías entre Tucumán y Concepción; el costo de la misma fue de ocho millones de pesos y, a partir de la misiva que envió Jaime, el monto que finalmente pagó el Estado fue de más de diez millones de pesos.
Bonadío consideró que existe peligro de fuga de Jaime, y de entorpecimiento de las investigaciones en trámite, razón por la cual ordenó su inmediata detención, reveló Infobae en el mediodía del viernes 12 de julio de 2013, una fecha que los integrantes de este poder de turno no olvidarán jamás. Jaime fue procesado junto al sindicalista José Pedraza; la esposa de éste, Graciela Coria; Ángel Stafforini; el presidente de SOESA, Luigi Capelli, y el ex interventor en la Comisión Nacional de Regulación del Transporte, Pedro Ochoa Romero.
El Belgrano Cargas era presidido por Coria –en nombre de La Unión Ferroviaria- y administrado por SOESA, integrada por varias operadoras ferroviarias. Stafforini era el vice de Belgrano Cargas, y Ochoa Romero fue quien autorizó la realización de la obra y quien avaló el aumento no justificado de los costos.
Jaime acumula más de veinte causas judiciales. Debe ir a juicio porque empresarios del transporte le pagaban viajes en taxis aéreos para que fuera a pasear lejos de Buenos Aires. Otra causa que lo compromete es la que se le abrió porque el dueño de la Terminal de Ómnibus de Retiro pagaba el alquiler de su departamento. La más grave de las acusaciones en su contra es la que lo llevará a sentarse en el banquillo de los acusados por la tragedia de Once. Debe señalarse que Pedraza ya purga condena por el asesinato de Mariano Ferreira junto a quien era su segundo en el gremio, Juan Carlos Fernández (a) “el Gallego”.
Obvio es que todo se llena de especulaciones, hasta las más absurdas, que ven en la detención de Jaime una maniobra del Gobierno de cara a las elecciones, con el supuesto propósito de curarse en salud, de lavar un poco la ya bastante esmerilada imagen pública de algunos de sus personajes más prominentes. Por otro lado, sigue la larga saga de anuncios y fracasos: el pan a precio “popular” no existe ni va a existir; el dólar contenido por debajo de los siete pesos, tampoco, y la tarjeta SuperCard del secretario Moreno cada día se paree más a otra de sus consabidas bufonadas.
Esta semana se conoció que para acceder a la SuperCard será requisito ser titular de una tarjeta de crédito bancaria en uso con al menos doce meses de antigüedad (y mostrar el último recibo pagado del plástico), además de estar en relación de dependencia desde al menos tres meses con un recibo de sueldo superior a los $ 2.500 en blanco (vale la jubilación, monotributistas y autónomos). La cita, publicada por el diario El Cronista Comercial, no ha sido desmentida, y abre muchos interrogantes: ¿para qué, alguien que tiene una tarjeta de crédito convencional, o varias, y ya está en el sistema, se va a subir a esta propuesta que originariamente sería gratuita? Más tarde se rectificó y se dijo que tendría un mínimo costo, y ahora resulta que requiere de antecedentes crediticios y estar en blanco dentro del sistema. Es como obvio, con tanto dislate, que van a ir presos.