Las manifestaciones no cesan en Tel Aviv y en otras ciudades de Israel, exigiéndole al gobierno el alto el fuego y la vuelta con vida de los rehenes en manos de Hamas. Es la encrucijada más intensa que atraviesa a la sociedad israelí desde la guerra del Yom Kippur.
El pogromo del 7 de octubre de 2023 —ya cerca de cumplirse un año de los hechos— tiene al estado hebreo en una guerra continua en la que el ejército de leva popular ha visto morir a 700 de los suyos: hijos, padres, amigos, hermanos y hermanas en armas que esta cimentado en una sola expresión de dos palabras: «Nunca Más».
Proliferan las imágenes que muestran a sobrevivientes de la shoah comparadas con las imágenes de hoy de mujeres y hombres en armas defendiendo su derecho a la existencia. No obstante, la profunda división en la ciudadanía de Israel —precedente sin dudas a la masacre— es como una llaga expuesta. Las concentraciones son impactantes.
A todo esto, el premier Benjamín «Bibi» Netanyahu, respondiendo en conferencia de prensa, ha dejado en claro que, quien para nada quiere una tregua, es la propia organización criminal. El ramalazo que supone el hallazgo de seis rehenes asesinados de un disparo en la nuca reinstaló la desesperación de las familias por lograr una tregua, por humillante que sea, y al precio que sea.
Como el doble rasero es la orden del momento, la muerte de una joven turca con ciudadanía estadounidense, según se afirma, a manos de francotiradores israelíes, ya provocó la consiguiente oleada de indignación selectiva y el Departamento de Estado pide una investigación exhaustiva para saber quien, cuando, y por qué disparó.
Es tan complejo que un amplio sector de la sociedad israelí ha perdido la idea de que Hamas quiere asesinar hasta el último hebreo sobre la tierra y que nada es fruto de la bondad. Según publica el semanario Bild, un documento reciente de Hamas —citado por el periódico alemán— revela detalles sobre la campaña de guerra psicológica llevada a cabo por el grupo terrorista desde que secuestró a 251 rehenes, en su mayoría civiles, durante su masacre del 7 de octubre en el sur de Israel. Bild informa de que Hamas está abusando de los rehenes retenidos en Gaza para mejorar su posición en las negociaciones del alto el fuego con Israel y, en última instancia, recuperar las capacidades militares destruidas durante la guerra en curso.
El documento de Hamas —al parecer, redactado en la primavera de 2024— habría sido aprobado personalmente por el líder del grupo terrorista, Yahya Sinwar, al haberse encontrado en su ordenador. No se han dado detalles sobre cómo llegó a manos de la publicación alemana. «Continuar ejerciendo presión psicológica sobre las familias de los prisioneros, tanto ahora como durante la primera fase (del alto el fuego), para que aumente la presión pública sobre el gobierno enemigo», dice el dossier de Hamás.
Desde el 7 de octubre, el grupo terrorista ha difundido periódicamente vídeos de los rehenes en los que critica al gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu y le ruega que garantice su liberación. «Durante las negociaciones para la segunda fase, Hamás permitirá que la Cruz Roja visite a algunos de los prisioneros como gesto de buena voluntad y para transmitir mensajes a sus familiares», se cita en el documento.
Israel, en su encrucijada existencial.