Kueider, el Senado y las falsas banderas

En este medio se ha señalado por décadas que no es real que en la Argentina no haya dinero: lo que hay, son ladrones, que se lo apropian a espuertas. La lista de estos delincuentes es extensísima. Los casos se suceden a diario.

El último toque de atención, es el del ahora separado del cuerpo de Senadores, Edgardo Kueider, quien fue atrapado en Paraguay con u$s220.000, $600.000 y guaraníes equivalentes a unos u$s500.

El vodevil plantado alrededor del tema por la media metropolitana y el apriete mediático que lideró la ex presidenta doblemente condenada para voltear al senador entrerriano y apropiarse así de su banca, es un caso de estudio de la estupidez humana. Hechos que aún no son claros dispararon una batalla mediática en la que los gladiadores de la TV porteña como Luis Juez —integrante de la bancada del PRO— sostenía que el camino era suspenderlo para, luego, dar lugar a una investigación tanto en el plano judicial, como en el plano mismo de la acción del Senado pero, a la hora de la verdad, Juez votó por expulsarlo, dejando el camino libre para que asuma en su lugar la dirigente de La Cámpora, Stefanía Cora, quien reporta de manera directa a Cristina Fernández en una movida que casi le asegura al PJ volver a controlar la cámara alta y así sumar poder de daño.

Nadie pareció reparar, excepto el senador Maximiliano Abad, la dimensión de lo votado, por varias razones, políticas e institucionales. Señalo Abad en su cuente de X: «El Senado de la Nación se convirtió en juez frente al caso Kueider. Para hacerlo de manera correcta debió seguir los mismos pasos que los tribunales: recopilar las pruebas, documentarlas, evaluarlas y luego dictaminar». Para agregar: «En lugar de actuar desde el lugar institucional que le corresponde como cámara alta del poder legislativo, el Senado jugó para la tribuna. No se respetaron reglas ni procedimientos. Mi posición es clara, la sustento con argumentos y está alejada de cualquier especulación». Es más extenso y contundente, se lee en su cuenta personal.

En relación Luis Juez, hay algo aún más complejo: él pidió la sesión para tratar la suspensión de Edgardo Kueider, no para expulsarlo (ver en la imagen que acompaña este texto). No menor es el amateurismo de los legisladores de la Libertad Avanza, quienes bien harían en señalarle al presidente Milei que levantaron la mano para expulsar al senador por Entre Ríos.

La operación de falsa bandera que se montó, ni bien se votó, para magrear a la vicepresidenta Victoria Villarruel, es mendaz y penosa, sea quien sea el que esté detrás. No sólo le entregaron una banca a Cristina Fernández, que lo celebró por todo lo alto, sino que signan la suerte parlamentaria del gobierno por todo el próximo año.

Tanta torpeza, es casi inimaginable.