El pogromo lanzado por la organización terrorista Hamas – Daesh sobre la población judía que vive contigua a la franja de Gaza desató la condigna réplica israelí que tiene que lograrse en medio de una enorme presión internacional que clama, casi a coro, por un alto al fuego que permita las negociaciones entre las partes.
Si no fuera tan ridículo que se insista sobre algo que ya fue probado y fracasó, habría que preguntarse el por qué de esta conducta asimétrica de gobiernos y sociedades, en particular la europea. Nunca, ni en la Guerra de 1947-1949, ni en la Guerra de los Seis Días de 1967, ni en la Guerra del Yom Kippur en 1973, el alto al fuego significó el final del conflicto, porque los grupos que actuaron el pasado 7 de octubre, aupados y financiados por Irán, son los herederos de la prédica nazi y claman por lo que sería —en su visión— la recuperación de Palestina «desde el río hasta el mar», lo que implicaría la desaparición del Estado de Israel y la expulsión o el asesinato de toda su población.
Increíblemente, ese cántico que habla de «desde el río hasta el mar» es muy popular en los campus universitarios de los Estados Unidos. La tierra de los «bravos y libres» pasa por momentos de grave confusión. Un estudio reciente, reveló que, lo que lleva a adherirse a este cántico criminal, es esencialmente la ignoracia.
Se habla mucho de las pruebas PISA, ¿cuál será el resultado de éstas en EEUU? Quizás esta encuesta a 250 alumnos de diversas universidades dé una pista.
Una empresa de encuestas sondeó a 250 estudiantes universitarios de diversas procedencias y encontró que la mayoría apoyaba el canto. Pero, un análisis más profundo, reveló una falta de comprensión sobre qué es lo que el mismo implica, y cuál es el contexto geopolítico al que hace referencia.
¿Cuál es el escenario? De una supina ignorancia: el 32,8% de los estudiantes encuestados expresaron un apoyo entusiasta el canto, mientras que el 53,2% lo respaldó en menor medida. Sin embargo, cuando se les preguntó acerca de la geografía específica relacionada con el tema, sólo el 47% de los estudiantes que lo apoyan pudieron nombrar correctamente cuál es el río y el mar a los que el mismo hace referencia. Respuestas alternativas incluyeron lugares geográficamente incorrectos como el Nilo y el Éufrates, el Caribe, el Mar Muerto —erróneamente identificado como un lago— y el Atlántico. No son respuestas de una escuela de Chubut en donde no hubo clases continuas durante los últimos cinco años, sino de universidades de Estados Unidos, que cuestan de a miles de dólares por año para quienes estudian allí.
Una cuarta parte de los estudiantes sabía quién era Yasser Arafat, con un 10% que incorrectamente lo identificó como el primer premier de Israel. Además, al ser consultados sobre la década en que se firmaron los Acuerdos de Oslo entre israelíes y palestinos, más del 25% de los partidarios del canto afirmaron que dichos acuerdos nunca se habían firmado.
El estudio también exploró cómo el conocimiento de datos básicos sobre el conflicto podría moderar las opiniones de los estudiantes. Al mostrar un mapa que ilustra que la aplicación literal de «Del Río al Mar»implicaría la desaparición de Israel, el 75% de los estudiantes cambió su posición inicial. Este resultado sugiere que la falta de información geográfica contribuyó a un apoyo inicial no informado.
Sociedades nada ilustradas, obnubiladas en el facilismo consumista tecnológico. Material fácilmente maleable y de empleo masivo para cualquier causa retorcida que se quiera llevar adelante.