Los eventos en la Patagonia, manchados de sangre en enfrentamientos promovidos por grupos que se autodenominan mapuches, traen al escenario nacional la preocupación por la tenencia de la tierra y el impacto en la soberanía nacional.
Los argumentos “mapuchistas” sobre la propiedad ancestral de la tierra son el fruto de una prédica operada por el Partido Comunista y abrazada con entusiasmo y sin mayor análisis por toda la izquierda latinoamericana, desde que en los actos por los 500 años del descubrimiento de nuestro continente, Fidel Castro lanzara la campaña ideológico-política cuyo objetivo era volcar excluyentemente a los términos marxistas la cuestión sobre las Américas y el predominio de la cultura occidental sobre estos territorios. Fue una tromba ideológica que dio a los partidos comunistas, subsumidos en la debacle desde la caída de la Unión Soviética, nuevos instrumentos en la lucha por la supervivencia global. En los pasados 12 años, dicha prédica halló terreno fértil y propiciatorio en los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Elisabeth Fernández.
Va de suyo que en esta situación hay una enorme confusión, cuando medios como Clarín publican que la situación de la Patagonia es clave porque extranjeros adquieren “las tierras más fértiles de la Argentina”, afirmación contrastada en un informe de la FAO que revela que las adquisiciones de distintos actores extranjeros —Benetton, Tompkins, Lewis, etc— sobre la precordillera argentina no son precisamente de las tierras de mayor fertilidad, y además representan, a lo sumo, el 5% del territorio nacional.
El estudio elaborado para la FAO por Miguel Murmis y María Rosa Murmis es revelador y claro: no hay riesgos de “extranjerización” del territorio nacional, aseguran, y batir el parche contra estos propietarios extranjeros sólo sirve de piso y trampolín a la diatriba izquierdista apalancada en el reclamo “mapuchista”. En cuanto a esta circunstancia, el Gobierno nacional ha sido claro, y ha señalado por medio de la ministra Patricia Bullrich que en Argentina se ha terminado el mundo del revés y que la vigencia de la ley debe ser estricta.
En referencia a la actividad de la RAM en Neuquén, el fiscal José Gerez señaló al diario El Mercurio de Chile: “las bombas molotov halladas en yacimientos petroleros de Río Negro y Neuquén fueron armadas en Chile y puestas en esos lugares por gente que ha venido de ese país. Indicó: “tenemos identificados integrantes que podrían pertenecer a la RAM a nivel local, pero que no tienen de ninguna manera el perfil para hacer un trabajo de campo como el que se manifestó en los atentados. Por eso creemos –continuó- que ese perfil es propio de gente que tiene experiencia en el campo y que ha armado bombas molotov y artefactos similares, y que vienen de Chile”.
Hay una trama que utiliza a grupos y reivindicaciones que deben ser vistos en toda su dimensión con el objeto de llegar a conclusiones ciertas que permitan accionar jurídicamente y recuperar una iniciativa política efectiva.