Los tiempos son distintos: para el presidente Biden, es un tiempo electoral durante el que debe prestarle atención a su frente interno en la puja con el aparentemente inoxidable Donald Trump. Para Benjamín Netanyahu, el tiempo es también político, porque a la hora de la paz, será juzgado por los errores que facilitaron los horrores del pogromo criminal del 7 de octubre de 2023.
La propuesta estadounidense ha provocado un impacto fenomenal en la sociedad israelí. Cita la agencia judía de noticias: «Un día después de que se diera a conocer por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, la propuesta para liberación de rehenes israelíes, familiares de secuestrados brindaron una declaración frente al complejo gubernamental en Tel Aviv, y pidieron avanzar en el acuerdo que el mandatario estadounidense presentó anoche […] Aiala, nuera de Ioram Metzger, señaló: “Según informes en la prensa, la propuesta fue autorizada por el Gabinete de Guerra. Nosotros repetimos las palabras de Biden, no se puede perder este momento. Prohibido perder la oportunidad” […] Einav, madre de Matan Zangauker, otro israelí secuestrado el 7 de octubre, expresó: “Después de un largo período de desgaste en el país, el discurso de Biden de anoche ofrece por primera vez una esperanza real” […] Pero no tiene que haber confusión: Biden habló anoche porque sabe que Netanyahu también puede torpedear este acuerdo. Después de meses en los que Netanyahu frustró los acuerdos, Biden quiso que la población supiera lo que realmente había sobre la mesa y nos preocupa, incluso ahora, que Netanyahu intente torpedear el acuerdo nuevamente».
El planteo es aceptado de plano por un grupo importante de la ciudadanía israelí que pide a diario por el fin de la guerra. En sus términos más importantes, dice : «He instado a los líderes de Israel a respaldar este acuerdo, independientemente de cualquier presión [política] que surja».
El presidente estadounidense también se dirigió directamente al pueblo israelí, diciéndole que «no podemos perder este momento».
En particular, Biden afirmó que Hamás ha sido degradado hasta el punto de que ya no puede repetir un ataque como el que sus combatientes llevaron a cabo el 7 de octubre, una probable señal para los israelíes de que Washington considera que la guerra ha terminado.
En una declaración, el Primer Ministro Netanyahu insistió en que la guerra no terminaría hasta que se alcanzaran sus objetivos, incluido el regreso de todos los rehenes y la eliminación de las capacidades militares y de gobierno de Hamás.
Y añadió que el último plan permitiría a Israel defender estos principios.
Hamás, por su parte, dijo que ve «positivamente» la propuesta por su llamamiento a un alto el fuego permanente, la retirada de las fuerzas israelíes de Gaza, la reconstrucción y el intercambio de prisioneros.
El grupo afirmó que estaba dispuesto a «abordar de manera positiva y constructiva» cualquier propuesta centrada en un alto el fuego permanente, siempre que Israel «declare su compromiso explícito con ello».
Lo que no está claro es cómo garantizar la seguridad de Israel cuando la consigna genocida impulsada por Irán —del cual Hamás es su proxy— propone eliminar el estado hebreo y dar a Palestina la entidad territorial «del rio hasta el mar».