Volodímir Zelenski llegó a Washington quizá con la sana expectativa de hallar, en la discusión, un camino para la negociación. Se encontró con una trampa odiosa y mendaz, a la que supo responder con dignidad y enfado. Quienes dejaron su dignidad por el piso, fueron tanto el presidente Trump como su vice, JD Vance.
Este choque público ante los periodistas acreditados en la Casa Blanca y transmitido al mundo, tendrá sus repercusiones tanto internas como externas, algunas de al cuales, ya están en desarrollo. Por caso, el líder ucraniano ya ha sido recibido en Inglaterra entre vítores en las calles y el recibimiento de honores políticos: el primer ministro británico, Keir Starmer, lo recibió este sábado en el Número 10 de Downing Street, subrayando que «tiene el apoyo de todo Reino Unido».
«Permítame decirle que es usted muy, muy bienvenido en Downing Street. Como ha podido escuchar por los vítores de la calle, tiene usted todo el apoyo en todo Reino Unido. Estaremos con vosotros, con Ucrania, el tiempo que sea necesario», dijo el mandatario. A renglón seguido, se conoció que Zelenski se reunirá con el rey Carlos III: «Estoy muy contento de que su majestad el rey haya aceptado una reunión y estoy agradecido por que hayan organizado este gran encuentro», dijo el líder ucraniano.
En Europa se tiene claro que ya no hay margen de equivoco: la administración norteamericana se ha aliado con Putin. Por su parte, el presidente galo Emmanuel Macron —que ha hallado en la causa Ucraniana un valor para contener la situación interna de su país— señaló a los medios franceses: «Vamos a dar un mandato a la Comisión Europea para que defina las necesidades de capacidades para construir una defensa común» porque «hay que movilizar una financiación común de cientos de miles de millones de euros» y esto de manera «rápida», según le dijo al medio Le Parisien. Para lograr una defensa europea independiente de la OTAN, «harán falta 5 o 10 años», reconoció el presidente francés. «Creo que hoy es el momento de un despertar estratégico, porque en todos los países hay una inquietud, una incertidumbre, sobre el apoyo estadounidense en el largo plazo», añadió.
No obstante, el presidente pretende convencer a Estados Unidos para que mantenga también su ayuda financiera y militar a Kiev: «Lo que Estados Unidos ha hecho en los últimos tres años está en total consonancia con su tradición diplomática y militar. Quiero dejar claro a los estadounidenses que la retirada de Ucrania no les conviene».
Debe recordarse que Estados Unidos se retiró de Vietnam, de Irak, y de Afganistán dejando a atrás a miles de colaboradores de cada país en manos de sus adversarios. Conveniente, o no, en rigor, todo depende ahora de las elecciones de medio término en 2026. Para el ciudadano americano que votó, no por ideología, sino por la economía, la persistencia de la inflación y la gripe aviar fuera de control que provoca aumentos de hasta el 41% en alimentos clave de la dieta en el país, puede ser más efectiva en el cambio de humor a la hora del voto que las triquiñuelas pro rusas de la presidencia norteamericana.