Ha culminado el encuentro global de líderes en Hamburgo con un saldo político debatible y con una ciudad acobardada y barrios destruidos. La policía de Hamburgo fue rebasada por la acción de grupos de izquierda que proclaman la violencia como instrumento de cambio, denunciando la globalización como el mal de todos los males.Señalan los responsables de tamaña violencia: “Las movilizaciones contra este tipo de cumbres que se dieron a partir del año 2000 fueron fruto del trabajo conjunto y del contacto entre grupos anticapitalistas de toda Europa y de todo el mundo. Tuvimos experiencias compartidas y luchas conjuntas, asistimos a encuentros internacionales, fuimos atacados por policías reforzados por militares pero aún así aunamos fuerzas y respondimos. El movimiento contra la globalización ha cambiado, pero nuestras redes se mantienen. Estamos activ@s en nuestras regiones, ciudades, pueblos y bosques. Pero luchamos transnacionalmente. Y siempre conseguimos volver a juntarnos: En Rostock/Heiligendamm, en Estrasburgo, Atenas, Copenhague, en la región de Wendland, en París, en Milán y en Frankfurt. En los últimos años nos hemos conectado de diferentes maneras a nivel transnacional: contra la política de austeridad de la EU sobre todo en Grecia pero también en España, Portugal, Irlanda o Francia hemos demostrado una resistencia solidaria. Las ocupaciones de resistencia, huelgas, manifestaciones, reapropiaciones o ocupaciones de casas fueron llevadas a cabo mayoritariamente por movimientos locales”.
El manifiesto es claro, y en la Argentina hay sectores que, como en el resto del mundo, son insignificantes a la hora del poder por medio del voto, aunque concentran una gran capacidad de generar violencia. En Mar del Plata, por ejemplo, han ocupado una propiedad del ANSES desde 2005, sin que nada parezca indicar que el Estado está accionado para recuperarlo. Nuestro país debe tomar muy en serio esta clase de movimientos, que ha demostrado recientemente en el corazón de Europa que puede llevarse por delante a las fuerzas de seguridad más organizadas y poderosas.
Respecto del contenido de la cumbre, el presidente Mauricio Macri se reunió con los mandatarios de India y Singapur, Narendra Modi y Lee Hsieng Loong. En ambos casos, Macri planteó que nuestro país está abierto, espera inversiones y también generar un flujo de comercio más alto que el que hoy tiene con ambas naciones. Singapur es una ciudad-estado de cinco millones y medio de habitantes, y ostenta el puerto con el mayor tráfico de mercancías del mundo. India es una de las naciones que más crece en el mundo, y su población será hacia 2030 la mayor del planeta, superando incluso a China. Su presidente apunta que su país está muy interesado en que las empresas públicas de la India participen en la explotación de shale-gas. “También queremos ampliar nuestra participación en la industria farmacéutica y automotriz”, enfatizó Modi. Macri le dio la bienvenida al interés de las empresas estatales indias y pidió quedar en contacto para que sean recibidas por YPF, para explorar áreas hidrocarburíferas. “Este es el momento perfecto para hacerlo”, subrayó.
Para Argentina, el saldo de la cumbre es oportunidad y desafío, ciertamente.