Sonaron tremendas las palabras de Carlos “el chino” Zannini en C5N, vanagloriándose de haberse vacunado él y su esposa de modo anticipado y provocando a la sociedad al decir que, de lo que se arrepentía, era de no haberse sacado la foto.
Tremendo que Hilda Gonzalez —más conocida por su nom de guerre “Chiche” Duhalde— diga: “no soy vacunada VIP solo pensé que venían a vacunar a un ex presidente y su esposo”.
En ambos casos, solo impudicia. O un esquema de pensamiento que subyace detrás de la formulación nacional y popular de estos grupos políticos convencidos que el poder todo lo permite.
Es momento de definir exactamente que el modo y las formas con las que estos dirigentes actúan, son de una auténtica oligarquía. Tan es así, que el concepto de oligarca se define como: “aquella persona que cuenta con gran poder y no hace caso ni se preocupa por actuar bajo reglas éticas o morales”.
La idea de oligarquía en la Argentina ha estado ligada a los grupos conservadores que, en buna medida, forjaron la nación y fueron enfrentados por la izquierda de finales del siglo XIX e inicios del XX. A los comunistas y socialistas los superó la Unión Cívica Radical hasta la aparición de Juan Domingo Perón y su arrasador fenómeno de masas.
De allí hasta hoy, la oligarquía se reconfiguro. Ahora está representada por esta alianza que nació de las políticas de Néstor Kirchner, un claro ejemplo de oligarca. Yendo a los parámetros que definen el fenómeno expresivo del poder oligárquico, la definición expresa “al oligarca sólo le importan sus propios fines, su objetivo es beneficiarse a sí mismo sin importar cuál sea la forma”.
En Argentina hoy está a la vista la existencia de una nomenclatura oligárquica que ha arrasado con el país de modo impúdico. Millones robados al erario público y nada parece ser suficiente. Negociados con la compra de alimentos. Negociado con la compra de insumos médicos. Negociado con las pruebas de PCR.
No es neutro: es mortal, y es tal el sentido de poder que en ausencia de todo freno inhibitorio cuando ciudadanos de a pie como es el caso de Matías Almeyda refieren que han buscado comprar vacunas para su terruño natal, el gobernador Kicillof —vecino de parque Chas— le contesta tratándolo de egoísta y mal leído.
La suma del poder público hoy está en el Senado de la Nación en manos de las oligarquías provinciales dominadas por dirigentes que como en el caso de Gildo Insfrán, que se formaron en el PCR, de cuño ideológico maoísta. Igual formación que le del impúdico Carlos Zannini.
En 2021, la puja electoral es claramente entre oligarquía y democracia.