Ya nada será igual

La asunción de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos estará marcada por un claro antes y después en la historia de la nación partera de la democracia, básicamente por la reluctancia que ha provocado su persona en aquellos que, derrotados en las urnas, rechazan su mensaje y su impronta. Nunca antes, en más de doscientos años de historia -aún incluso en plena depresión de los años 30-, la asunción de un presidente despertó semejante oleada de rechazo popular