La situación de pandemia originada en Wuhan (China) en 2020 puso a los sistemas sanitarios del planeta patas para arriba. Aún hoy, el flujo de cambio es complejo y no se advierte que la situación considerada pueda darse por superada.
Cada día se suman controversias y fracasos. Siendo el primer país del mundo en hallar una vacuna, Rusia está en una situación caótica que lleva a los alcaldes de Moscú y San Petersburgo a declarar que impondrán la vacunación obligatoria. Hay diferencias culturales que complican el proceso.
En ocasión del abierto de Miami, el tenista ruso Andrey Rublev —de 23 años, número 8 del mundo— fue muy claro cuando le preguntaron sobre la posibilidad de vacunarse: “Nunca me vacunaron, ni cuando yo era chico, y nunca tuve ningún problema con mi salud. Por eso, si me preguntan, si yo puedo elegir y tengo la opción de no vacunarme, prefiero no hacerlo. No veo una razón para hacerlo”.
No todos los países tienen calendario de vacunación obligatoria como es el caso argentino. Rusia registró el 17 de junio su pico más alto en un solo día en muertes relacionadas con COVID-19 desde el 23 de marzo, a medida que la cantidad de casos en el país continúa creciendo, manifestaron funcionarios de salud.
Según el grupo de trabajo de emergencia de Rusia, se informaron 14.057 nuevos casos de coronavirus en las últimas 24 horas, lo que elevó el recuento general a 5,26 millones. Anna Popova, directora sanitaria de Rusia, explicó el aumento en el número de casos de personas que no tomaron medidas de protección.
Las cifras se dispararon especialmente en las dos ciudades más grandes de Rusia, Moscú y San Petersburgo, donde mucha gente usa el transporte público. Si esa es la verdadera razón detrás del alza de casos, es un misterio. Otro más, que demuestra que aun hay más preguntas que respuestas.
En Argentina se completó el envasado de 400 mil dosis de Sputnik en tanto crece el interrogante de cuándo llegarán las segundas dosis. Nadie atina a dar una respuesta, y quienes recibieron la primera dosis escuchan explicaciones diversas sin saber a quién creer. Axel Kicillof, quien se jactó de ser el que facilitó el acuerdo con Rusia, dice ahora que “no vamos a ser tan imbéciles de elegir una vacuna por ideología”. Raro, porque todo apunta hacia allí.
No serán imbéciles, pero los errores cometidos son propios de tales. Rechazaron 13 millones de dosis de Pfizer y hoy atan al país a un flujo impredecible del fondo de inversión ruso. En tanto en Brasil, el contrato que el gobierno del principal socio del Mercosur selló con la norteamericana Pfizer para dotar de vacunas contra el COVID-19 al Programa Nacional de Inmunizaciones sigue ejecutándose a buen ritmo y sin contratiempos. Marta Diez, country manager de la multi para Brasil, confirmó que, con los envíos completados, las entregas ya superaron los 10 millones de dosis.
Según la ejecutiva, desde el 29 de abril Pfizer ha estado remitiendo nuevos lotes cada semana al gobierno brasileño cumpliendo 100% con el cronograma estipulado entre ambas partes. La multi espera haber entregado 200 millones de dosis para fines de 2021.