O la caída de los mitos de la invencibilidad de las tribus peronistas. Está claro que, aquellos que votaron la formula Fernández/Fernández, no han obtenido lo que soñaron en este gobierno.
Es posible que, como suele decir con notable cinismo el consultor Jorge Giacobbe (h) “si la economía estuviese bien a nadie le importaría la moral”. El criterio se acuñó en la década del ’90 y sostuvo el análisis del por qué del triunfo de Carlos Saúl Menem, acosado en términos mediáticos y políticos por sonados casos de corrupción.
Es ver la sociedad en una foto, y no advertir la película que se ha desarrollado en estos años: el crecimiento de la conectividad y el uso de las redes sociales abre a diario una corriente de debate y pensamiento que aleja a los medios tradicionales y a la política del control social. Nadie pareció comprender qué pasó entre la PASO de 2018 y la elección general de ese año que dio ganador a la fórmula Fernández/Fernández.
El 24 de agosto de 2018, convocada por las redes por iniciativa de @gonziver y otros activos twitteros, una multitud se agolpó en Plaza de Mayo y dio lugar al inicio de la saga del “Sí se puede” que cambió la derrota inmensa que se preanunciaba por una batalla épica ciudadana.
En 2021, agotados por la cuarenterna a la que tempranamente caracterizados actores públicos llamaron “infectadura”, las redes sociales han sido la fuente primaria de cobertura y exposición de situaciones tan diversas como la persecución policial en Formosa, Santiago del Estero, Tucumán, o Rio Negro; los padres que no pudieron dar su adiós a una hija que falleció de cáncer; o de vecinos desparecidos que, se comprueba, han sido asesinados por fuerzas de seguridad como es el caso de San Luis, Santiago del estero, o Tucumán.
La exposición pública de estos hechos fue gracias a las redes. Luego, a veces días después, fue tomado por los medios de CABA en ese momento comprometidos con la zaga oficial del #quedateencasa. Analistas con trayectoria se sorprenden que una foto llegue al conocimiento del 99.9% de la población.
El efecto de esta realidad es devastador: no hay dónde esconderse, y títulos como los de esta semana “Con reunión completa de gabinete el presidente busca dejar la crisis atrás”, suenan estúpidos. El mundo se mueve al son de la pandemia y los que marran caen en desgracia con sus sociedades. Hoy tanto en Sídney como en Melbourne hay enormes marchas repudiando las nuevas restricciones y se dan enfrentamientos nunca vistos en el continente insular con las fuerzas de seguridad. Las convocatorias se hicieron a través de las redes.
La política está en ascuas. Las operaciones de poder usando los medios y filtrando información, se caen en segundos. Hoy, para todos en Argentina y el mundo, lo obvio se ha tornado evidente.