Esta semana, y al calor de la muerte de Karen Campos en Junín, se conoció un trabajo de Fedecámaras comunicado por su presidente, Rubén Manusovich, que indica que sólo el 10% de los comerciantes que usan armas o resisten a golpes un robo en sus negocios logran que el delito no se concrete; el 90 por ciento restante termina mal. “Mal” es muerto o con heridas graves y secuelas psicológicas por mucho tiempo o el resto de la vida.
Manusovich, un dirigente empresario que pasó un muy mal momento en 2009 cuando fue denunciado por haber recibido del ex superintendente de Servicios de Salud Rubén Cano fondos provenientes de aportes de contribuyentes a entidades de la salud sin que éstas hubieran efectuado prestación alguna, vuelve a los primeros planos dando consejos. “Este hecho de resistencia sucede cuando hay desesperación entre los comerciantes, porque se esfuerzan trabajando para progresar y se cansan de los robos que generan mucha bronca”, señaló Manusovich. Y agrega: “Pero el foco es equivocado; no hay que armarse, no se deben resistir los asaltos y se debe enseñar a tener una actitud pasiva frente al hecho delictivo, porque cuando hay resistencia, hay una posibilidad altísima de terminar herido o muerto”.
Suena cierto, pero a contramano de lo que ocurre a diario. Raúl Castells dijo a este medio: “Presentamos una nota hace un semestre al ministro del Interior enumerándole unos 15 casos de agresiones armadas a nuestras sedes por parte de militantes. Como no nos contestaron, pedimos la portación de armas para nuestros dirigentes, pero tampoco nos contestaron. Entonces, ante la negativa del ministro del Interior de darnos la portación de armas, nosotros pasamos a tener armas en nuestra sede y a nivel personal”. Ciudadanos armados en una guerra fratricida que acontece alejada del interés de los gobiernos por dar fin a esta nociva realidad social.
A pesar de todas las denuncias, nunca se ha hecho nada para investigar a quienes se les han otorgado armas. Y eso despierta aún más la ira del dirigente: “Lo estamos denunciando desde hace un buen tiempo. Nos citó la fiscalía del RENAR y hemos ido a decir esto mismo. No sólo no hicieron nada sino que fueron agravando las cosas. No puede suceder esto, no tiene la menor seriedad; y la convivencia entre todos se vuelve peligrosa. No puede ser que la vida de la gente no valga nada”.
Si a esto se le suman las palabras que el secretario de Seguridad Interior Sergio Berni pronunció en las últimas horas, la situación se torna preocupante: “Textualmente, Berni dijo que ‘a la sociedad le importa tres carajos la inseguridad’. Sólo después de tomar dos vasos de vodka se puede decir eso. Cualquiera que camina en este país, si tiene dos personas caminando atrás, está con el corazón en la boca”, subrayó Castells.
Respecto a este tema en particular y después de haber sufrido la pérdida de uno de sus hijos, Castells finalizó: “Hay que respetar esa sensación, uno está preparado para ver morir a los padres y no para ver morir a los hijos”. Así debiera ser. Pero no está siendo.