Últimas escenas del caos

La llegada de Donald Trump a la presidencia de la unión americana ha puesto el mundo al revés luego de la imposición de nuevos y altísimos aranceles a todos los países del mundo excluidos Rusia, y Norcorea que, debe señalarse, no comercializan hoy por hoy con la potencia norteamericana.

La conmoción es de tal magnitud, que nadie sabe a qué atenerse. Muchos se aferran a la idea de que es una maniobra típica del magnate para negociar. Los funcionarios del gobierno dicen que estos son los aranceles y que los que quieran comerciar y vender en el país, deberán fabricar allí, aseverando que están hartos de ver autos o vehículos fabricados en el extranjero en el mercado doméstico.

El economista Ramiro Castiñeira señala: «Los desequilibrios externos son la expresión de los desbalances entre el ahorro y la inversión doméstica. China reprime el consumo interno para dirigir el ahorro a la inversión, y en particular, a las exportaciones. Las exportaciones de China son impulsadas además por una combinación de subsidios y protección que son únicas a nivel mundial. Por su parte, socios como Europa también desequilibran el escenario con restricciones no arancelarias y subsidios». Agrega: «En otros términos, para Trump, el problema no es el déficit comercial, sino las prácticas de los principales socios que perjudican a EEUU».

De ser así, Trump tendría razones serias y sostenibles. No obstante, algo no funciona adecuadamente, dado el resultado al día de hoy. China, por su parte, responde aplicando iguales aranceles, alterando aún más los mercados mundiales.

En su análisis, Castiñeira pondera el sendero de Trump quizá con la serenidad que no tienen sus propios funcionarios, en concreto, destaca el acuerdo con la empresa de Taiwán productora mundial de microchips TTSMC. Apunta el economista: «El anuncio de la producción de los microchips de avanzada, esenciales para la tecnología central de la segunda década del siglo XXI —como la inteligencia artificial— por parte de la empresa taiwanesa TSMC en los EE.UU. es otro gol temprano de Trump». También podría significar que, a diferencia de los demócratas, el líder republicano no está dispuesto a dar la vida por la independencia de Taiwán y deje la suerte de la isla en manos del régimen de Beijing.

En tanto, Argentina está en su laberinto: Las políticas lanzadas por el gobierno de Estados Unidos han golpeado no sólo al capital financiero, sino a los precios mundiales y por tanto al núcleo de las exportaciones argentinas. La baja —por el momento— del precio de la soja y del petróleo, son alertas importantes para una nación débil que depende de la buena voluntad de EEUU en áreas clave de su presente para delinear su futuro.