Un año pleno de esperanza

2025 fue un año de profunda zozobra. 2026 se perfila como un año de enormes esperanzas. No es una expresión basada en criterios de política discursiva, sino un conjunto de acciones que abren el camino a un país en sensato desarrollo y abierto a enormes posibilidades.

Cuando el impacto de la explotación petrolífera y gasífera es la nota del día a día, el campo una vez más sorprende. La enorme masa de desarrollos tecnológicos en nuestro país, y la enorme eficiencia de los operadores del campo argentino ya no parecen encontrar obstáculos en ninguno de los ámbitos que ofrece nuestro territorio.

Medios especializados señalan que, por caso, en San Luis, en donde se siembra trigo como plantío de soporte, el cambio de tecnologías y los resultados en genética están abriendo un escenario de cosecha inédito hasta ahora. En Santa Cruz, la agudeza de un biólogo llevó a un experimento que hoy es un dato real de la agronomía por fuera de la frontera de lo que siempre se consideró el área núcleo de esta actividad. Sí, estamos hablando de plantaciones de maíz y trigo en la Patagonia argentina: «En el congreso Maizar 2025 se aseguró que el potencial del maíz en la Patagonia es impresionante y ya en el 2024 habían hecho experiencias en Chubut y Río Negro con resultados alentadores y así surge, a partir de Luis Bertoia, de la Red Maizar, la inquietud por probar con híbridos en Santa Cruz». Ahora, según señala el diario La Nación: «Estamos trabajando en dos sitios, en Perito Moreno y en Puerto Deseado. Ellos nos traen descripciones de los maíces y nos dan la experiencia, que han hecho pruebas en Finlandia y en Rusia con condiciones similares a las nuestras. En esos lugares lograron desarrollo de cultivos a razón de menos de 100 días, donde toleran hasta 6 grados bajo cero». Se trata de un logro de los productores agrícolas, quienes con perseverancia y una labor permanente y acumulativa consiguieron generar suelos apropiados para el cultivo de estos cereales.

Entre el 27 de diciembre del 2024 y el 9 de enero de 2025, hectáreas teñidas de dorado fueron cosechadas en la provincia de Río Negro, con una productividad que cubrió las expectativas. El destino de estos cientos de toneladas de trigo patagónico es la exportación a través del puerto de Bahía Blanca.

Los datos preliminares de la campaña 2024/2025 indican que en el Valle Medio y Valle Inferior del Río Negro los rindes del trigo de ciclo corto oscilaron los 70qq/ha, mientras que en las variedades de ciclo intermedio y largo se ubicaron en el rango de 60-90qq/ha. Esto representa una mejoría respecto de la temporada 2023/2024. Datos de una Argentina indita, que tiene desafíos enormes por delante.

Por caso, hacer fiable su red de transporte terrestre. Un informe publicado en La Nación y elaborado por Matías Contardi, Franco Peninno y Emilce Terré señala que «teniendo en cuenta que el despacho de maíz a puerto se registraría mayormente en torno al mes de marzo/abril, justo cuando comienza a cosecharse la soja, y en el marco de una producción récord de trigo, el ingreso de camiones a puertos del Gran Rosario podría ser un 80% mayor al promedio de los últimos 10 años, y entre un 25% y un 30% más alto que el máximo anterior». Esto anticipa cuellos de botella enormes, con su costo asociado y saturación de rutas y caminos en tres cuartas partes del país.

El desafío es generar infraestructura de manera urgente, con alta calidad de construcción, y renovar y prolongar los servicios ferroviarios de carga para sostener el ritmo de este crecimiento.