Los servicios de inteligencia de Estados Unidos tenían un esquema de vigilancia de larga data sobre Qassem Solimani, líder de los grupos Al Qud que combatieron en Siria a Al Qaeda y son responsables de la muerte de civiles y militares americanos.
El general Stanley Mc Chrystal reveló que en 2007 tuvieron en la mira al hombre fuerte del ejército Iraní, pero el liderazgo político en su momento determinó no ir por su vida, dadas las implicancias militares y geopolíticas que hubiera tenido la acción. Otro gobierno, con otra agenda, el de Donald Trump, ordenó desde su residencia de Mar a Lago la ejecución sumaria, la cual se llevó otras vidas, amen de la del reputado militar iraní.
Dos films dieron cuenta del enorme poder que implica la tecnología estadounidense del MQ-9 Reaper, un avión armado multimisión, con techo de vuelo medio, larga autonomía y pilotaje remoto que se emplea principalmente para la ejecución de objetivos en movimiento, además de como activo de inteligencia. Dichos films dejaron en claro que la tecnología empleada sólo puede verse acotada por principios morales, poco válidos a la hora de ejercer tamaño poder.
“Good kill” con Ethan Hawke, y “Eye in the sky” con Aron Paul, son dos historias llevadas a la pantalla grande que reflejan el poder de una tecnología que, desde 11 mil kilómetros, de distancia puede acabar con vidas humanas como en un video juego.
El asesinato de Qassem Solimani es un mensaje poderoso. No es el inicio de una guerr, la guerra está en curso desde el 18 de abril de 1983 cuando un ataque terrorista demolió la embajada de Estados Unidos en el Líbano. Sesenta víctimas fatales fueron el inicio de la vergüenza americana que implicó el retiro de las fuerzas armadas apostadas en ese país.
La guerra existe y es un hecho que nada puede modificar. Arabia Saudita e Irán están en guerra permanente y, a diario, en nombre de sus visiones del Islam, se asesina a mansalva. En las horas precedentes al asesinato del general iraní y sus socios iraquíes, más de cien personas eran asesinadas en Somalia por un camión bomba, atentado que se atribuye el grupo Al Shabbab, filial de Al Qaeda en la región.
No va a empezar una guerra: hay una guerra que ahora se ha hecho evidente por la naturaleza impactante del acto perpetrado por decisión del presidente de Estados Unidos. Es un mensaje muy fuerte: “estén donde estén, los vamos a buscar” dice el mandatario norteamericano, quien mira con un ojo el impeachment que nunca se lo llevará del cargo y con el otro a China. La potencia asiática en días más firmará un acuerdo comercial que baja aranceles a mas de dos mil productos estadounidenses, y cuyo impacto será enorme en beneficio de los productores del interior profundo de la unión americana. Este será, en días, el tema central de los medios de sus país.