Un gobierno que llegó con un sólo objetivo: acumular poder para evitar la caída en prisión de la ex presidenta Cristina Elisabeth Fernández. Un miasma de expresiones que buscaba recuperar el poder a como diera lugar.
Sin propósito político o social alguno, la pandemia le dio a Alberto Fernández un propósito: ser el salvador de la vida de los argentinos. Para ello decretaron el cierre de la vida social, económica, judicial y política del país. La vida política durmió la siesta hasta que fueron por Vicentín.
Ahí nacieron los banderazos, una muestra de un cambio de conducta cívica inédito que rescata a generaciones de la anomia. Las reacciones del gobierno fueron descalificar y agredir. Destruyeron la economía, aplastaron la educación, y se encerraron en la idea de “vida o muerte”. La política del pánico se seguirá cobrando vidas cuando en años por venir el Covid 19 sea solo un recuerdo tenue.
Sumergidos en la ideología sectaria, se eligieron a sí mismos vacunando a sus militantes, a los amigos del mal llamado vacunatorio VIP, y manipulando la llegada de las vacunas en goteo por no cerrar con los laboratorios occidentales. Un bardo ideológico que los ha llevado a besar el pasto en derrota.
En un tiempo próximo se develará cuál es la razón detrás de la falta de acuerdo con Pfizer. Si hubo un pedido indebido de retornos, soberbia de Gines González García, o sencillamente que el país no tiene el dinero para pagar el valor exigido, ya se conocerá.
Llegó el otoño y está instalado lo que se denomina “la segunda ola”. Ya saben que no la pueden surfear con el miedo como tabla de navegación. Tampoco pueden vacunar como anunció el presidente. En espanto, en un cuestionario previamente acordado en el programa “A dos voces” en TN, Santiago Cafiero cedió el monopolio de compra de vacunas anunciando que intendencias y provincias no tiene restricciones para adquirir las mismas.
En la semana precedente estuvo en el país el jefe del Comando Sur de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos. Craig Faller fue preciso en la razón de su presencia y objetivos. “Nuestro programa para la Argentina es de 3,5 millones de dólares; otro medio millón está en proceso de aprobación”, dijo Faller en declaraciones al portal INFOBAE respecto de la asistencia a nuestro país. Las donaciones incluyeron tres hospitales de campaña, generadores de oxígeno y equipos de búsqueda y rescate.
Estados Unidos se ha lanzado a una cruzada humanitaria con objetivos políticos. Ya avanzó con México y una voluminosa donación de vacunas. Es sólo el primer paso. Las tratativas del jefe de gobierno de CABA y seis gobernadores podría alumbrar el mismo camino. El gobierno admite su fracaso al abrir el juego de adquisición de vacunas. Se verá quien alza el premio de logra la masividad de la llegada de las mismas.