El esquema de reuniones a través de Zoom estalló al ritmo de la pandemia. La política advirtió rápidamente que el instrumento permite cercanía y participación en un marco de control que es siempre del gusto del poder. Lo ha demostrado la vice presidenta, mandoneando en las sesiones virtuales del senado. De estos eventos virtuales hay cientos cada día, aunque no todos despiertan el mismo interés.
El que protagonizaron Patricia Bullrich y Ernesto Sanz en esta semana estuvo signado por un alto grado de participación, de debate, y de definiciones políticas. Liderado y propuesto por Bullrich, los dos dirigentes de origen distinto pero con ricas historias personales expusieron sobre los caminos atravesados y los desafíos por venir, en la idea de que el poder es una constante que no da vacaciones.
Luego de una introducción donde cada uno relató cómo fue su llegada a la política y el porqué de cada camino recorrido, vinieron exposiciones muy ricas al respecto de lo pasado en el gobierno de Juntos por el Cambio y los desafíos del porvenir tanto de esta agrupación política como del país.
Ernesto Sanz hizo la primera crítica pública dirigida al Ministerio del Interior, al frente del cual estuvo cuatro años Rogelio Frigerio, quien armó una estructura de contactos muy fuerte con las provincias y ordenó el flujo de los recursos que permitieron a los gobernadores llevar adelante la actividad política en sus distritos sin grandes inconvenientes. La crítica estuvo dirigida a la praxis política de dar todo a cambio de nada. Y ahí, hubo un punto de reflexión importante al señalar: “se entregaron recursos sin exigir un cambio político que permitiera terminar con la trampa de las elecciones llevadas adelante con el sistema de lemas”.
Patricia Bullrich por su parte señaló que aún nadie pudo explicar qué fue y para qué se hizo la llamada “reparación histórica” a los jubilados, que ni tuvo un efecto importante en el bolsillo de los mismos y que tampoco fue, electoralmente, algo que los haya beneficiado. Dicha acción de gobierno, señalaron ambos, tuvo que ver con el funcionamiento de la mesa chica del gobierno, tan criticada por los dirigentes radicales.
En otro momento destacó una frase de Bullrich: “debíamos ser cambiemos y en muchas cosa fuimos sigamos”. En particular, la crítica estuvo dirigida al fracaso de la política social que impulso y mantuvo Carolina Stanley con los grupos piqueteros, en particular con el llamado Movimiento Evita dirigido por Emilio Pérsico y “El Chino” Navarro. Por contario sensu, la ex ministro hablo del éxito del programa de conscripción social que, sostuvo, en seis meses permitía advertir un cambio en los jóvenes que se acercaban al mismo en tanto adquirían habilidades nuevas. Del intercambio, la media porteña se quedó con dos expresiones de Sanz: “nunca el peronismo estuvo en una situación como esta, con el aliento de la oposición en la nuca” y “si esto sigue así, explota”. Una pena que haya sido sólo eso lo que les llegó a las audiencias de cada medio.
Si el Zoom hubiera sido un acto en Ferro, el título sería “Impactante acto de la oposición a estadio lleno”. Son tiempos de cambio en una sociedad que hoy posee una masa importante de ciudadanía republicana con convicciones democráticas. Los cambios se agitan al son del tiempo de la vida de los individuos, pero se cuecen al ritmo de la historia. En 2021 hay una cita a la que no debemos faltar.