Es habitual que los medios y la política vean en otros lares las respuestas al camino que debiera seguir la Argentina para salir de su tóxica montaña rusa de leve crecimiento económico continuada de depresiones dolorosas en términos de PBI y costos sociales. Esta semana, el presidente Mauricio Macri realizará una visita oficial a la India y Vietnam acompañado por ciento veinte empresarios argentinos en donde destacan empresas PyME.
A propósito Vietnam, un artículo firmado por Claudio Ramos en Ámbito Financiero alerta sobre lo que el titulo denomina “La lección de Vietnam”. Inicia por la historia de esa sufrida nación que en dos guerras se libró de su mandante colonialista, Francia, y de los Estados Unidos en el pico de la denominada Guerra Fría, en un cruento enfrentamiento que dejó millones de muertos, lisiados, huérfanos, y familias desmembradas.
Desde los datos de la macro economía surge la lección que se entendería útil para Argentina. Señala Ramos:“unos 93 millones de vietnamitas producen 250.000 millones de dólares en bienes y servicios, aunque no ha de resultar fácil estimar este PBI porque la economía informal se encuentra muy difundida. Ahora es el tercer exportador mundial de arroz y el segundo de café luego de Colombia […] Celulares, iPad, fútbol, juguetes Lego, Hard Rock Café y novelas de Harry Potter traducidas. Las mujeres se jubilan a los 55 años y los hombres, a los 60, y en general todo el mundo tiene dos trabajos. El desempleo es de sólo 4 por ciento, el sueldo mínimo de 300 dólares y han conseguido bajar la inflación a menos de 20 por ciento anual, que persistió alta durante un tiempo”. No es paraíso, pero…
En los datos que destaca la nota se puede ver cuáles son los aspectos que se pretende que imitemos, el articulista apunta sin juicio de valor:“’Acá no hay seguro de desempleo ni subsidios para nadie, el que no trabaja no come. Los ciegos pulen palitos y los niños huérfanos aprenden oficios, pero no se da ayuda gratis a nadie’ […] No se ve a nadie pidiendo limosna en las calles ni realizando acrobacias o jueguitos, salvo alguna inmigrante camboyana con bebé, su vecino pobre. Aceptan dólares en cualquier parte y tarjetas de crédito internacionales. Rige pena de muerte por asesinato, tráfico de drogas y corrupción grave contra el Estado, lo cual consiguió un nivel muy bajo de delincuencia. Los vietnamitas pagan su educación y las atenciones médicas en hospitales, aunque las empresas dan cobertura como parte del salario”.
La lección sería que la Argentina debe desmontar el esfuerzo del Estado en cuanto a la asistencia social, endurecer su sistema legal con claro corte represivo, y dejar que en un desarrollo de capitalismo salvaje extremo la macroeconomía se ordene y superemos la constante frustración por las oscilaciones económicas que padecemos secuencialmente desde hace setenta años. ¿Es esta una lección que razonablemente debemos atender? Difícil imaginar que nuestra sociedad tolere algo así, aunque haya sectores político-ideológicos que bien podrían enamorarse de las políticas del Partido Comunista de la República Democrática de Vietnam.