El humorista Alfredo Casero —amen de sus diatribas con los sectores políticos que conforman el anti Macrismo o anti Cambiemos— señaló esta semana que, si hay algo que lo irrita de este gobierno es que, cuando se hacen o resuelven cuestiones de alta importancia para el país, en la comunicación se falla a la hora de darle la dimensión adecuada a esas acciones y expresar su verdadera significación.
Es un hecho que el cambio de paradigma en la cuestión energética, con la incorporación a grandes pasos de las industrias eólica y fotovoltaica y la expansión del gas a partir de Vaca Muerta, impactará antes de tres años tanto en la balanza comercial como en el valor que el consumidor argentino paga por estos servicios ya sea a nivel domiciliario como empresarial.
En materia de comercio exterior, Argentina está en condiciones de crecer a pasos agigantados a partir de la apertura de los mercados de Estados Unidos, Asia (China/Japón) y la recomposición del acceso al mercado europeo en donde, entre las consecuencias positivas del G20, se abre nuevamente el mercado de caños sin costura y el del biodiesel. En este último caso, se trata de un acuerdo directo entre la cámara que nuclea a los productores (CARBIO) y las autoridades de la Unión Europea. Sólo el biodiesel representa mil millones anuales para nuestra economía a los actuales valores.
En la semana próxima el presidente Mauricio Macri inicia un viaje a Vietnam e India para acordar las condiciones de acceso de productos argentinos a un mercado de cien y mil trescientos millones de habitantes respectivamente. El particular modo en que argentina e India se han relacionado antes, durante y luego del G20 abre posibilidades sin techo para incrementar la exportaciones de nuestro país, dando al empresariado una plataforma de expansión que Argentina no ha tenido desde la segunda guerra mundial.
Raúl Rishi Verma, argentino de padres indios, ha señalado que las oportunidades son vastas como el océano Índico, apuntado a diversificar la oferta pensando mas allá del complejo exportador de granos. Nuestro país es ya un exportador importante de ingenios nucleares al país asiático: por medio de INVAP la Argentina acaba de terminar una planta de reactores para uso medicinal en Bombay y se prevé el desarrollo de nuevos proyectos en esta materia para el 2019 y el 2020. El proyecto CAREM, que se encuentra ya a punto de iniciar la prueba piloto, podría ser un vehículo mas que adecuado para la complementariedad entre ambas naciones. Conocido como proyecto Carem 25, el reactor experimental de desarrollo totalmente nacional se presenta como un tipo de reactor ideal para el abastecimiento eléctrico de zonas alejadas de los grandes centros urbanos o polos fabriles con alto consumo de energía y ofrece también otras prestaciones, como una eficiente fuente de alimentación de plantas de desalinización de agua de mar o la provisión de vapor para diversos usos industriales. Un equipamiento que calza exactamente en un país —la India— que importa el 85% de la energía que consume.
Es un ritmo de cambio a una velocidad crucero que la media porteña no refleja, agobiando en cambio a la sociedad con cotidianeidades que no por ciertas en la exacerbación comunicacional aplastan hechos y logros que están alterando el paradigma del país del fracaso que hemos transitado estos pasados cincuenta años.