De influyentes y audaces. Cada cambio político trae lo suyo. La comunidad política marplatense, que no logra despegar de la idea de un patronazgo, corre hoy a la búsqueda de espacio en el cual amucharse. En el caso de Cambiemos, la idea de ver por dónde viene la mano de construcción del poder llevó a que tuviéramos seguidores de Agustín Cinto, que capoto rápidamente luego de gozar de semanas de protagonismo tonto en la cadena mafiosa de medios digitales + La Capital. Luego llegó Joaquín De la Torre. Para empezar a cambiar -dada la denominación motivacional-, habría que conseguirle peluquero y nutricionista -lo primero por imagen, lo segundo para que dure en el cargo-. Los audaces le atribuyen a De la Torre una cuota de poder que no luce como tal para quienes entienden de política. Es tal el engorro que se arma entre los audaces que hacen cola para decir “dejame que yo hablo con Joaquín y te lo arreglo”, que en los últimos días, cuatro correveidile de Joaquín le ofrecieron armarle una reunión con el sanmiguelino a Daniel Sosa, para charlar y acordar. Sosa, creador del partido Mar del Plata, puerto y región, no sale de su asombro y devana sus sesos tratando de saber quién habla porque tiene llegada y quién vende humo. Mucho pero mucho humo. ¿Habrá alguna nuez?
Un tantillo extraviado I. Quizá sea la influencia de la esposa de Marcelo Pasetti, empleada en el museo MAR sin trabajo claro en desarrollo, la que ló llevo al ministro de Cultura de la provincia, Alejandro Damián Gómez, a hacerse fotos ante la estatua de Botero y a poner platita en avisos a Aldrey, lo cual le sirve al anciano aldeano de Lugo para decir que él está mejor ahora que con la Gobernación anterior. No queda claro si Florencio vive entre sueños, o si “Conejo” lo ha introducido una vez más en las delicias de vivir de la caja del Estado.
Un tantillo extraviado II. Es que Alejandro Damián Gómez conoce el peso de los medios. Gómez fue director del Programa de Espacio Público de CABA en 1999 y estuvo procesado por la muerte de dos jóvenes electrocutados en un recital organizado por el Gobierno porteño, pero la causa prescribió, afortunadamente para el. Si lo que hoy lo une a Florencio y su máquina de extorsionar es este detalle de su vida pública, ayudamos a que quede liberado y salga de este placard incómodo. La verdad, ya se sabe, te hace libre.
Cosas de familia. Las andanzas del REBA provincial a inicios de temporada son la comidilla de la noche de MDP. Dirigidos por Martín Diago -emparentado familiarmente con el ministro de Seguridad Cristian Ritondo-, funcionarios de dicho ente han hecho tropelías increíbles. A punto tal que el juez correccional Jorge Luis Rodríguez anuló acciones por “pretender en el presente caso sancionar al imputado por una conducta que no se encuentra ni remotamente cubierta por el sentido literal del precepto aducido como trasgredido”. En criollo: inventaron una falta para generar espacio para pedir coima. Sí, coima. Que no queden impunes.