De amigos y cobardías I. El abogado Wenceslao Méndez, representante legal del club Alvarado, hombre de confianza de Pablo Moyano, se había ofrecido a ser testigo en la alegación que ante la Casación bonaerense iniciara y llevara adelante la abogada Patricia Perelló, en busca de dar oportunidad a los policías condenados por el asesinato de Natalia Mellman. Perelló ha sostenido todos estos años que los policías son inocentes en dicho crimen, y sostiene que el mismo fue cometido por Gustavo Fernández (a) “el Gallo”, quien está en libertad desde 2009. Méndez, quien fue abogado de Fernández en el juicio que dio lugar a las condenas, se había comprometido a relatar la verdad sobre los acontecimientos que probarían la mendacidad del testimonio de Fernández, su condición de autor del crimen y su acuerdo con Gustavo Mellman padre de la víctima.
De amigos y cobardías II. Pero de aquella valentía en los pasillos de tribunales a la patética exposición ante el tribunal, transpirando balbuceante y refugiándose en el secreto profesional para no dar espacio a la verdad que ha sostenido ante tantos en cafés o brindando con champán en reiteradas ocasiones, hay un abismo. Hay tipos que se afeitan de memoria para no tener que verse las caras en el espejo.
La reunión. Fue un encuentro a puertas cerradas. Mauricio Loria, el yerno-secretario de Carlos Arroyo, quedó afuera de la reservadísima reunión que mantuvieron la gobernadora María Eugenia Vidal y el intendente marplatense. Allí Arroyo le presentó a Vidal los resultados de la baja del crimen y delito en la ciudad, con registros impactantes. No obstante, el punto central fue que Arroyo le planteó a la Gobernadora que no cree poder sostener por más tiempo a la secretaria de Cultura Silvana Rojas, solicitándole que sea el PRO el que dé una salida al tema. Vidal se comprometió a tratar el tema directamente con el presidente Macri, lo que habla de la protección política de la que goza Rojas. Hay final abierto.
De acuerdos y víctimas. El periodista Cristian Sanz está por lanzar un libro con una denuncia muy fuerte sobre Susana Trimarco y su desaparecida hija Marita Verón. Sanz promete revelar el millonario negocio montado por Trimarco alrededor de la fundación que inició desde la campaña por la desaparición de su hija. Otro que reunió una fortuna a partir de una tragedia personal es Gustavo Mellman, que recibió del Estado bonaerense seis millones de pesos en concepto indemnizatorio por la muerte de su hija Natalia, sentencia que la Fiscalía de Estado jamás apeló. Detrás del dolor, sordos ruidos y demasiados billetes.