Alta tensión. No es un revival de exitoso programa juvenil de la década del setenta. Es la tensión que se vive luego del fallecimiento de Horacio Alberto Saglia, socio fundador de Electrostock, firma que siempre se ha considerado una de las “tradicionales” de Mardel. Saglia tenía el 50% del paquete accionario, y trabajó toda su vida al frente del negocio. Ahora, su viuda y sus hijos pujan en cinco causas judiciales por sus derechos, que la contraparte societaria, liderada por el abogado Pablo García -ex funcionario de la desgestión Pulti-, señalan y denuncian, les ha arrebatado. Hay de todo: la expulsión de Paola Saglia, que por años trabajó en la empresa, bajo una denuncia penal por robo; Pablo García es socio (o lo ha sido) de Ariel Ciano, está vinculado a “Cacho” Pagano -aún titular de La Moneta- y de una u otra manera, todos se cruzan en estamentos políticos y judiciales. Concluida la feria, hay un tema crucial: la impugnación de la asamblea societaria, que los Saglia denuncian que los García convocaron subrepticiamente para modificar el panel societario, y quedarse con todo. Montescos y Capuletos, sin el glamour de Verona.
Por el cambio. Coincidiendo con la prédica expresada por miles de argentinos en CABA y unos cientos en Mar del Plata pidiendo cambios en el sistema judicial y que concluyó en vivas reiteradas al juez Alfredo López, en dicha ocasión se consolidó la idea de pujar en el ámbito de la Facultad de Derecho por la candidatura de Armando Abruza a titular del claustro de docentes, una de las llaves para terciar en el rumbo de esa unidad académica, hoy cooptada por Justicia Legítima. La cooptación provoca que, amén de los manejos de recursos públicos que se dispensa inorgánicamente el grupo liderado por Roberto Atilio Falcone, Mario Portela y Daniel Adler junto al camarista federal Eduardo Pablo Jiménez, también manejen las relaciones con la Universidad Carlos III de España. Ahí hay un agujero negro lleno de interrogantes.
De dichos y enojos I. Que el intendente Arroyo quedó molesto por el cierre de listas no es ciertamente una cuestión para entendidos: cualquiera lo sabe, incluida la gobernadora Vidal, que últimamente no se ha privado de señalar que tiene diferencias con el lord mayor de Mar del Plata. En ese ir y venir -que incluye una dosis de falta de madurez, no política, madurez a secas por parte de todos los actores-, Arroyo señaló que si no fuera por el apoyo que en tiempos electorales recibe la ciudad de Nación y Provincia, poco y nada se podría hacer en materia de obras, dado el delicado estado de salud de las finanzas públicas.
De dichos y enojos II. Las declaraciones de Arroyo, volcadas a 0223, medio digital de clara afinidad con el gobierno de Pulti, impactaron directo en el ánimo de la Gobernadora, a la que le no falta tiempo para amoscarse con el intendente marplatense. Ello provocó una oleada de dichos en voz relativamente baja a integrantes de Cambiemos, que bajan la línea del fastidio susurrando que “esto no da para más”. Nadie se equivoque: el no da para más es una lectura de palacio sin implicancia real. Aunque conspicuos dirigentes del PRO local se enojen, el resultado de octubre marcará, tal como Arroyo ya se ocupó en decir, “la plebiscitación” de su gestión. Será de ver, y sin dudas determinará cómo se acomoden las piezas de ahí en más.