La asunción I. Fue en el aula magna de la Universidad Nacional de Mar del Plata: Santiago Martín, hijo del desaparecido dirigente de la UCR Carlos Martín, fue ungido juez federal en el fuero civil con gran concurrencia de integrantes del Consejo de la Magistratura, jueces y funcionariado local. Destacó la presencia de Gabriela Vázquez, ex presidenta del órgano colegiado, y de Agustín Cinto, administrador económico del Consejo, de triste y penoso paso por el municipio de Mar del Plata, quien justificó su presentación en tal oportunidad porque había venido a “discutir temas de infraestructura edilicia”. Todos viaticando a cuenta del erario público, of course.
La asunción II. Del fuero local estuvieron el camarista federal Eduardo Jiménez y su par Alejandro Tazza, así como el integrante del TOF Néstor Parra. Mucha UCR presente, entre ellos el jefe de campaña de Cambiemos Maxi Abad, muy criticado por su estilo austero al borde de lo mal entrazado, en un contexto de gente muy bien vestida para la ocasión, como es el caso de los jueces Santiago Inchausti y Alfredo López, de riguroso traje oscuro. No obstante, la charla iba por otro lado.
De asunción y comentarios. Santiago Martín tuvo un fugaz paso por Justicia Legítima cuando daba para creer que el régimen venía por todo. Se arrepintió a tiempo, y aupado en el pasado de su padre y amistades en la UCR integrante de la coalición Cambiemos, logró ser designado juez federal en Mar del Plata. Lo variopinto de su accionar quedó expresado en la concurrencia de la controversial ex presidenta del Consejo de la Magistratura Gabriela Vázquez, que ve a Martín como cosecha propia.
Quejas y lagrimones. Las PASO fueron un correctivo para delirios varios. El de Julio Razona, por caso, que confunde los clicks en Facebook con votos. O Daniel Sosa, convencido de tener caudal propio en el puerto de la ciudad. Pero quien peor la pasó fue el ex intendente GAP, que creyó que su mascarada de medios digitales anche Canal 10 y La Capital voltearían al gobierno de Arroyo, o llenarían el coleto de los accionistas marplatenses con votos. Nones: todos a marzo y con rojo encendido en el boletín de la consideración ciudadana. Al que también los votos lo trajeron al mundo real fue a Juan Curuchet, que no ingresa al Senado ni a placé. La izquierda en su conjunto reunió 24.000 votos en Mar del Plata; deberían evaluar de qué hablan cuando hablan de representar al pueblo.
Anuncios y protestas. Los anuncios de 400 cuadras a asfaltar y la renovación del paseo costero y céntrico de la ciudad le han sido contestados al Gobierno municipal con una fuerte campaña de medios digitales digitados por la coalición de la derrota que vincula a dirigentes políticos y operadores económicos mostrando calles cortadas por vecinos que queman gomas y exigen obras viales. Nadie parece aprender nada de lo que efectivamente ocurre: insisten en una metodología que la urna claramente dice que la sociedad rechaza en su mayoría.