Que sí, que no I. Fue una semana compleja para los accionistas marplatenses, en su afán de cerrar filas luego de la puja interna en las PASO que dejó a Juan Rey a un tris de ganar. Los conducidos por el exintendente Perogrullo saben que así como están los números, se van de la política en octubre. Años complejos los que les caerán a esta troupe que se benefició descaradamente durante dos décadas del erario público. GAP avaló en documentos en dólares la pauta de Canal 10: obvio, con el muerto que le dejó al canal a su paso por la gestión y que ahora debe pagar esta administración. Artime, por su parte, tiene inhibiciones de dos juicios que lo acosan, uno es del BAPRO por un crédito impago. Lejos de la caja municipal y sin habilidades laborales a la vista para emplearse en el ámbito privado, destino cruel el que les asoma.
Que sí, que no II. El que mira al futuro es Santiago Bonifatti: mantuvo larga reunión con el intendente Arroyo a puertas cerradas, exponiéndole su visión de cómo intentar dar vuelta la situación con vistas al 2019 y buscando apalancar a su grupo, que quedara con mínima pero interesante presencia en el Concejo Deliberante. Todo está sujeto al resultado de la elección, ya que los números dicen que Cambiemos podría tener mayoría propia. Y por otro lado, si Cambiemos se fuma a Lucas Fiorini, ¿por qué no a los accionistas marplatenses en default?
Fiscalías en riesgo. El orden forjado en la alianza de Daniel Adler con La Cámpora por medio del instrumento conocido como Justicia Legítima trae mucho ruido. Leandro Favaro esta más que preocupado por la relación rota entre los Cheppi y Fernanda Raverta. A punto tal, que un café explotado por Cheppi y la esposa de Favaro fue el ariete que utilizó Raverta para enlodar a los Cheppi padre e hijo, y dejarlos fuera del armado local. Raverta hoy habla al oído de la ex presidenta Cristina Fernández. Y no es para menos, toda vez que propias fuentes del universo K la sitúan en encendido romance con Máximo Kirchner, relación ya a la vista de toda la militancia del sector. Parece que pasan horas y horas juntos dándole duro a la PlayStation.