Amando al enemigo. Llegaron a Mar del Plata desde ignota historia anterior. Como tantos otros, audaces de escrúpulos, flojitos de papeles, Miriam Leo y su esposo Carlos Vázquez se armaron de un medio de localía, “Nueva Sierra”, crearon un medio de noticias que luego vendieron en algunos maravedíes, y se apersonaron en la cooperativa de Bomberos de la Sierra. Agitan a diario la idea de una Sierra independiente en la que se imaginan actores centrales y no partiquinos alejados del poder. En un inicio declamaban su enojo y sostenían denuncias al respecto de las tropelías del natural de Galicia Ladrey Iglesias.
Todo cambia I. Ya hace unos meses que Ladrey adquirió el predio donde funcionó el zoo de Sierra de los Padres. El ex propietario es un periodista que tuvo trayectoria y sonados éxitos profesionales, “Coqui” Gastiarena, que a la hora de los negocios terminó cerrando con el mismo hombre al que dedicaba horas de crítica por sus manejos espurios en el manejo del poder en Mar del Plata. Dicen que el millón de razones verdes que pagó Ladrey por el predio del ex zoo hicieron que cualquier cuestión moral (o algo así) quedase de lado. Ahora, la situación es que Ladrey Iglesias es vecino de la Sierra, y Miriam Leo lo ha recibido con alto entusiasmo. Altísimo.
Todo cambia II. Pero el punto más alto del nuevo romance entre el natural galaico y la pareja con aspiraciones de realeza en las sierras se dio al ser invitado y aceptar concurrir el emprendedor coruñés al cuartel de los bomberos de Sierra, dejando para la posteridad una bellísima imagen de todos ellos junto a los voluntarios en el lugar (ver imagen Top Ten de esta edición).
Todo cambia III. Queda claro que han constituido una alianza, por lo que no será de extrañar que en poco tiempo más, y ya agotado de perder, Marcelo Pasetti lance campaña para la independencia de la Sierra, hoy por hoy una insensatez extraordinaria y frívola. Nuestras fuentes aseveran que la plata -los dólares, en rigor- para comprar el predio del ex zoo salieron de la venta de lo que FAI aún tenía como participación en La Capital Cable, que ahora sí ha quedado bajo el completo dominio de Cablevisión, único operador cablero de la ciudad. Quizá sea esto un final anunciado para la patética señal local, que no mueve el amperímetro de la formación de opinión pública en Mar del Plata.
Cannábico. La pasión por el cannabis del juez Daniel De Marco es ya de larga cita en el palacio de los tribunales de Mar del Plata. Sin mayores méritos, llegó a ser juez por la rosca de su pariente político, el ex senador radical cuyo mayor expertise ha sido y es ser alcahuete de Ladrey Iglesias. Ya sin poder, alejado del lugar en que hoy se toman las decisiones, el jury que impulsará el municipio puede ser un precipicio para el que De Marco no tiene parapente que lo haga planear y al fin lo salve. Fin de una era.