Gente ahorrativa. Jorge Trujillo y Luis Stufano, muchachos que reportan al ex integrante del Batallón de Inteligencia 601 Gerardo Martínez, tienen platita. En fin: la pesan, pero no por ello son manirrotos. En vez de gatillar una prepaga, persistieron y se colocaron en el Estado para tener cobertura de IOMA. Ambos requirieron y lograron que Cristina Álvarez Rodríguez, siendo ministro de Obras Públicas de la Provincia, los nombrara en cargos de menor jerarquía para obtener la ansiada cobertura. Quizá no estén en la mira del fiscal Álvaro Garganta aún, pero pueden abrirse cuestiones interesantes. Recordemos que una de las estafas a IOMA fue la de pagar operaciones de implante de mamas, affaire conocido como “el lolagate” por el que fue procesado y luego condenado el cirujano plástico Guillermo Luna, quien terminó asesinado a balazos junto a su mujer en La Plata, en un crimen aún no esclarecido. ¿Qué uso de qué servicios habrán hecho Trujillo y Stufano con cobertura de IOMA?
Malicia y estupidez I. El tratamiento de casos policiales en nuestro país, siguiendo una tendencia mundial, se ha novelizado. Ya no importan los hechos, importan las hipótesis. Ocurre en el caso de Natalia Mellman, adolescente miramarense asesinada por “el Gallo” Fernández, quien discurre su vida en libertad sin escándalo alguno. Pero no la tienen fácil los policías a los que Fernández inculpó en un pacto celebrado entre el propio Fernández, el padre de Natalia, Gustavo Mellman, y el abogado Wenceslao Méndez.
Malicia y estupidez II. El modelo desarrollado para implantar una verdad que aún hoy tiene en prisión a los policías que “el Gallo” Fernández inculpó falsamente, es un modelo que aplica y rinde. El doliente padre de una hija a la que en vida no prestó gran atención, cobró una indemnización de algo más de quinientos mil dólares, engordando también la faltriquera del abogado de parte, obviamente. Para hacerlo simple: si hay un actor público involucrado -léase policía, gendarme, prefecto o dirigente político- ahí aparece el daño real o presunto que paga el Estado, también léase, los contribuyentes.
Malicia y estupidez III. Tremendo lo acontecido en tribunales el pasado viernes, cuando con rigor legal se concedieron las salidas transitorias a los policías inculpados y condenados por parte de un grupo de vándalos pagados por Mellman, que agredieron a Perelló y su colega abogada poniéndolas en riesgo de vida. La malicia queda también a la vista en los aspectos que rodean a la falsa acusación de la fiscal María Isabel Sánchez a los encartados por la muerte de Lucía Pérez. Relato mata realidad, y destruye vidas. Ausente de toda ausencia: la justicia.