De promesas y trucos de magia: Lo ocurrido en esta semana en el Consorcio Portuario es para un espectáculo de magia. Sin otro truco que la palabra, el subsecretario de pesca de la nación Juan Bosch derramó encanto ante los siempre toscos dirigentes gremiales de marineros, Pablo Trueba, y de estiba Carlos Mezzamico. Se habló de fresqueros que vendrían a descargar la captura de langostino a Mar del Plata, imposible, pero Bosch insistió que sería posible cuando la especie en su migración este más próxima a nuestras costas. Se afirmó que se obligará a pescar la cuota de merluza sí o sí, o de lo contrario a, transferirla. En 2016, con transferencias a favor de la flota congeladora quedaron sin ser capturadas mil seiscientas toneladas y en 2017 tres mil setecientas toneladas. La información está en la página del Consejo Federal Pesquero. Si Bosch se va de la función pública en poco tiempo puede hacer una carrera como predigitador con Trueba y Mezzamico de payasos para los entreactos.
De promesas y trucos de magia dos: Lo que viene ocurriendo en la pesca es cuando menos inédito en un ámbito que de suyo siempre da la nota. La última resolución del Consejo Nacional Pesquero llevó a la renuncia del representante de la provincia de Buenos Aires ante dicho organismo, Francisco Di Leva. Sucintamente, éste señaló que renunciaba porque no se había logrado mínimamente lo reclamado por la provincia de Buenos Aires, que se siente perjudicada por decisiones que benefician a la flota de Chubut. En la resolución que le otorga tres mil ochocientas toneladas a la flota fresquera patagónica, se sostiene que es una “compensación por no pescar el golfo de San Jorge”. Es cuando menos llamativo ya que la prohibición de pesca del langostino en dicho territorio data de 2014. En ese año, con informes propios de la provincia de Chubut y el INIDEP, se decidió el cierre de dicho ámbito para la pesquería de la especie. Cuando menos, rarito todo.
Para que se entienda: Luego de la reunión que articuló el abogado Andrés Barbieri para acercar posiciones y que comenzó con un: “mejor dejemos de bajar carteles y veamos como acordamos”, el intendente Arroyo decidió que había que dejar en claro las cosas en negro sobre blanco. En nota dirigida a todos los medios de la ciudad, el jefe comunal hace saber que, luego de un extenso proceso administrativo y judicial, ha quedado firmemente establecido que el predio fiscal ubicado entre las Heras, Garay, Sarmiento, y Alberti se denomina “Centro Cultural Estación Terminal Sur” y así debe ser citado en los medios. La misiva, sucinta, dice a las claras que, al hombre del piloto, eso de “dejemos de bajar carteles” no le va, para nada.
Largo camino: No por nada este medio señala que Santiago Inchausti, juez federal, es un magistrado encarcelador. A los que creían que la vuelta a casa de los encartados en el fraude al estado vía ANSES era un camino breve, esta semana les cayó un balde realidad sobre sus cabezas: Los abogados Rubén David Cagni, Conrado Suárez y Luis Miguel Iros, junto con el asesor previsional Roberto Luis Balbuena, fueron acusados de resultar jefe u organizador de una asociación ilícita, entre otros cargos. En tanto, el médico Fernando Fernández, detenido en Ezeiza, también deberá permanecer preso, acusado de integrar la asociación ilícita. Aunque sus cargos no son tan relevantes como los anteriores, no se le concedió la libertad por real peligro de fuga. Si los ponen a todos en el mismo penal, tal vez puedan armar un equipo de papi fútbol.