De cambios y decepciones I. Es un dato verificable que la marcha de la economía marca el humor social, no sólo aquí, en la Argentina, sino en cualquier país del mundo. Pero no ha sido el tema excluyente de la semana política. El debate por la legalización del aborto ha marcado agenda, dejando a muchos en tribunas separadas de su propia pertenencia partidaria. Es el caso de Juan Aicega, que quedó del otro lado de la real politik de Cambiemos, al votar en contra de la ley que se debatió en el Congreso, se formalizó en la Cámara Baja, e indica hoy un enojo por parte de sectores conservadores anti K que adhieren al PRO básicamente.
De cambios y decepciones II. Pero si de disonancias se trata, llama poderosamente la atención el silencio atronador respecto del tema de la gobernadora María Eugenia Vidal. Máxima autoridad de la provincia de mayor importancia de la República, en Cambiemos hay quienes sostienen que ha sido la propia Gobernadora la que estuvo detrás de la movilización de la comuna de San Miguel, que, portando pañuelos celestes se dirigió a la Plaza de los Dos Congresos y se pronunció estentóreamente contra Macri al grito de “Macri, la puta que te parió”.
De cambios y decepciones III. El debate por la despenalización del aborto ha llevado a extremos por ambas partes, presiones, destratos y manipulación estadística. La cuestión política es central, y queda claro que en el PRO, específicamente, ya nada será igual, y que hacia el 2019 sólo los une la necesidad de no quedar a la intemperie política. El debate ha hecho más fuerte la relación de Emilio Monzó y de Ernesto Sanz con Mauricio Macri, y va a relegar fuertemente a la línea interna “Santa Marta”, que expresan la gobernadora Vidal, Carolina Stanley, su esposo Federico Salvai, y los soldados de Vidal, encabezados por el impresentable Joaquín de la Torre. La hija de Joaquín es un caso de interés político. Odia a Macri, lo cuestiona con violencia en su cuenta de Twitter, y por estas horas ha lanzado diatriba tras diatriba contra el Presidente. No se comprende cómo esta situación puede seguir siendo políticamente obviada.
Fue la política. La reunión en la Privada del intendente Arroyo dejó algo en claro: Cristina Coria y Vilma Baragiola apoyan sin cortapisas el accionar de Claudia Píccolo, que con su informe de situación dio la excusa para la intervención que ha quedado en manos de Marcelo López. Tal como señaló un conocedor de los entremeses del Consejo Escolar, en el fondo, no muy profundo, es una interna femenina cuyo destinataria del odio es Sofía Badie. La fuente señala, con ironía no exenta de malicia, que Sofía puede despertar un poco de inconfesable envidia, lo cual no sería ajeno al conflicto. Sería más que una picardía si así fuera, toda vez que consideraciones absolutamente menores y frívolas estarían provocando un auténtico infierno puertas adentro del Consejo. En apoyo a su afirmación, la fuente nos señala que el día que se conoció la intervención, Píccolo recorría el organismo con sonrisa de oreja a oreja expresando en voz alta y cantarina “¡justicia, justicia!”.