De enfrentamientos y desafíos. Fue una semana de esas a las que el adocenamiento periodístico cita de “semana caliente”. La presencia de los secretarios Hernán Mourelle y Luis Distefano en el concejo deliberante —transmitida por el canal de youtube del cuerpo y replicada con alta audiencia en el facebook y cuenta de twitter de la 99.9— dio lugar para pinceladas varias y descaros vernales tremendos. Entre ellos, las expresiones de los ediles de Acción Marplatense, que se expresaban como si hubieran descendido a nuestra realidad desde algún pináculo del saber, el deber, y el cumplir. El resto, las verdades de puño —a veces controversiales— de Mourelle y las precisiones quirúrgicas de Distefano. Los títulos de la media digital mafiosa fueron engañosos: hablaron de un triunfo del Concejo Deliberante y un supuesto desafío al votar, en esa sesión, una ordenanza que restablecía privilegios tales como que parte de la planta municipal trabaje cuatro horas y perciba pagos por siete, algo totalmente irracional. Si bien la gestión va a atacar judicialmente este disparate, sería hora que los vecinos le exijan a los concejales respuestas a favor de la comunidad y no de un sistema gremial enganchado en el privilegio.
De enfrentamientos y desafíos II. La citación a los secretarios en el Concejo no es lo único en materia de enfrentamientos. Es ya evidente que existe una coalición de intereses entre grupos piqueteros y políticos en la ciudad. Fracasado el esquema de acoso y derribo que propició el anciano aldeano de Lugo desde el inicio de la gestión, ahora la matriz cambió de actores. Hoy es un hecho que la dinámica interna busca demorar o aplazar aquellas acciones de gobierno que se perciban como a favor de la gestión. Que se trabe el expediente del leasing del Banco Nación que permitiría cuadruplicar el equipamiento para Vialidad Municipal —con el impacto que implica en materia de trabajo y capacidad de reparación de pavimentos y asfaltado de calles—, sólo tiene por objetivo que en 2019 no haya capitalización política por parte del Intendente en dicha materia. Ya se sabe que calles en condiciones, son votos en Mar del Plata. Por otro lado, el expediente por los acuerdos con AUBASA se envió a archivo —supuestamente— porque no se adjuntó al mismo una nota formal que expresara el propósito de la administradora de la Autovía 2 de donar los elementos necesarios para la reparación integral del paseo Jesús de Galindez. ¿Se puede ser tan miserable? Sí se puede, está a la vista.
De justicia y protección. A la fiscal María Isabel Sánchez, autora de la fantasía bestial de que Lucía murió por empalamiento luego de ser violada, la protegen los fiscales generales. No es sólo el ex agente de inteligencia del proceso a las ordenes de Ramón Camps, Fabián Uriel Fernández Garello. Su colega Oscar Deniro —designado en dicho cargo por la procuradora María del Carmen Falbo en 2006—, es el principal protector de la fiscal temeraria. ¿Por qué? Porque María Isabel Sánchez fue, cuando menos, amiga intima de De Niro, y sólo ese fue su pergamino para acceder a un cargo que ella nunca habría logrado per se. Un modelo de ascenso poco feminista y nada empoderado para los cánones actuales, sino más bien un esquema cortesano que se despliega con demasiada frecuencia en la fiscalía local, lejos de la mirada del ciudadano de a pie.
De justicia y protección II. María Isabel Sánchez nunca calificó para ser agente fiscal. No es la única/o, pero su caso es emblema de lo que ocurre cuando la relaciones interpersonales se colocan por encima de los mecanismos meritocráticos para la designación de agentes públicos. Poco después de su designación al cargo, su relación con Oscar Deniro se rompió y, de allí en más, cayó en un derrotero de crisis emocionales que han sido la maliciosa comidilla del palacio de justicia. Ahora, la respuesta de la fiscalía general al requerimiento del tribunal uno de investigar el rol de Sánchez en el caso Lucia Pérez es designarla en una fiscalía de flagrancia “a prueba, a ver como se adapta”. ¿No es tierno?